El martes día 1 de febrero una comisión de “expertos” entregó el informe previamente encargado por el Gobierno sobre la situación del mercado laboral. Ese informe servirá de base para la negociación que el gobierno iniciará con la patronal y los sindEl martes día 1 de febrero una comisión de “expertos” entregó el informe previamente encargado por el Gobierno sobre la situación del mercado laboral. Ese informe servirá de base para la negociación que el gobierno iniciará con la patronal y los sindicatos de la ya anunciada reforma laboral. Según resalta la prensa las dos mayores preocupaciones detectadas por los siete catedráticos y el especialista en derecho laboral autores del informe son la baja tasa de ocupación y la elevada temporalidad.

Esos serán los dos ejes propagandísticos con los que muy probablemente se tratará de justificar esa reforma laboral ante los trabajadores pero en la práctica el informe apunta a un plan de ataque en toda regla.

El informe de los expertos

Un artículo publicado en Cinco Días (02/02/2005) se titulaba “Reforma laboral: Despido más barato contra la precariedad”. Es obvio que la prensa económica específicamente orientada a empresarios y banqueros no se siente muy obligada a andarse con rodeos. El texto del informe propone “una normativa más ajustada en cuanto a los costes económicos y procedimentales de los despidos económicos, así como en cuanto al alcance del control administrativo y judicial de sus causas”. Como comenta el artículo “todo eso puede traducirse en abaratar y hacer más fáciles los despidos a los fijos”.

Eso sí, el informe pretende ser equilibrado y “advierte” a los empresarios que “la flexibilidad no puede limitarse a las facilidades que tienen los empresarios para contratar y despedir”. Efectivamente, podemos añadir nosotros, el informe no solo no “limita” a los empresarios a seguir haciendo ese tipo de prácticas sino que les abre muchas más posibilidades para chantajear, machacar y explotar a los trabajadores. Así, también aboga por la reformar los convenios colectivos (para fragmentarlos), por dar más juego a las ETTs y por revisar el subsidio de desempleo, entre otras cosas. Sobre ese último aspecto si bien el estudio no plantea explícitamente hacer incompatible el subsidio de desempleo con las indemnizaciones por despido plantea que “debería tomarse en consideración la idea de que [ambas] tienen la misma finalidad”.

La tesis fundamental, absurda, de los expertos viene a ser la siguiente: “hay que estar peor para estar mejor”. El informe subraya que la posibilidad de disponer de una fuente permanente de ingresos “no tiene por qué articularse a través de un único y permanente puesto de trabajo” (Cinco Días, 31/01/2004). Obviamente ese modelo de mercado laboral está inspirado en el que existe en EEUU donde un trabajador tiene que tener 3 o 4 empleos para poder llegar a fin de mes.

La competitividad

Ese informe sintoniza claramente con las exigencias de los empresarios. Según ellos una reforma de ese tipo es necesaria para que la economía española afronte los retos de un mercado globalizado y altamente competitivo. Cada vez se escuchan más voces por parte de los representantes patronales de que sin una mayor flexibilidad del mercado laboral no se va a poder mantener el actual nivel de empleo. Pueden llegar a reconocer que el mercado laboral es precario, aunque por suspuesto no proponen ninguna medida concreta para combatirlo, pero ahora quieren que sea más flexible “para preservar el empleo”.

Lo que tienen los empresarios es mucho rostro. Exigen más sacrificios a los trabadores en un contexto en el que están obteniendo beneficios record. En un artículo de El País (26/11/2004) se señalaba lo siguiente: “El resultado ordinario neto de las empresas no financieras aumentó un 18,6% en los nueve primeros meses del año, frente al 17% que crecieron en el mismo periodo de 2003”, y más adelante: “El crecimiento de los beneficios marca un record histórico”, el más alto desde que se inició esta estadística en 1983. La Banca, por su lado, incrementó sus beneficios en un 17,5% si contamos sólo la que opera en el Estado español. La que tiene filiales en otros países ese incremento ascendió a un 36,6%. ¡Si quieren más productividad que inviertan esos beneficios sacados con el sudor y la sangre de millones de trabajadores!

Pero hay más, con la oposición a la revisión automática del SMI planteada por la CEOE y apoyada por el ministro Solbes (posicionándose contra una medida aprobada por el propio gobierno) y el Banco de España, los empresarios quieren empujar aún más a la baja el incremento de los salarios en los convenios colectivos que se van a negociar este año. En estos momentos, el 78% de los trabajadores con convenio tienen cláusulas de revisión salarial que actúan si la inflación real supera la inflación prevista. En la gran mayoría de los casos la revisión es bastante menor a la diferencia entre los dos referentes, pero incluso eso les parece demasiado. Han puesto el grito en el cielo contra la revisión automática del SMI porque ven esa medida (que ahora parece que se no se aplicará hasta el 2007) como una señal en la dirección contraria a lo que ellos pretenden conseguir en los convenios, que es dar una batalla contra la “indexación salarial”.

Parar los pies a la patronal

Los empresarios han pasado a la ofensiva y se sienten abiertamente respaldados por un sector del gobierno del PSOE, encabezado por Solbes, que actúa en total consonancia con sus intereses.

Es el momento de que los dirigentes de CCOO y UGT saquen conclusiones. Su política de consenso practicada durante años con la patronal sólo ha servido para que los empresarios se sientan más fuertes para pasar a la ofensiva. Paradójicamente las condiciones políticas para hacer frente a esa ofensiva por parte de los sindicatos son más favorables que nunca. El gobierno del PSOE llegó al poder empujado por un impresionante movimientos de masas, harto de la política del PP.

Si los sindicatos afrontan esta ofensiva con una posición firme, con una oposición tajante y frontal a cualquier retroceso en las condiciones laborales, el gobierno estaría en precarias condiciones para seguir el plan de medidas que la CEOE quiere imponer.

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