Desde que entré a trabajar en La Caixa mi jefe de zona, que dirige las sucursales de una zona geográfica determinada, según comentó, quería hacerme un "seguimiento" especial. El "seguimiento" consistió en no asignarme oficina durante dos meses, eUn afiliado a CCOO

Desde que entré a trabajar en La Caixa mi jefe de zona, que dirige las sucursales de una zona geográfica determinada, según comentó, quería hacerme un "seguimiento" especial. El "seguimiento" consistió en no asignarme oficina durante dos meses, en que estuviera de correcaminos por las oficinas de Madrid, cubriendo la permanente escasez de personal. A pesar de que los informes de los directores eran buenos, el jefe de zona no podía admitir que un trabajador fuera respaldado por un sindicato de clase. No se podía ajustar al "perfil" de La Caixa la afiliación a CCOO. Logró que no se me hiciera fijo, pese a que ha pasado a fijo el 95% de los que tenían mi mismo contrato.

La dirección de La Caixa apoyó en todo momento a este personaje, de acuerdo con su política de buscar una plantilla que no defienda sus derechos y que esté sujeta a los capricho de los jefecillos que se comprometen en la represión sindical. No puede pasar a fijo el 100%, es necesario un margen para la represión sindical. Por otro lado, impone continuamente "retos" a las oficinas, sobrecarga con nuevas funciones y responsabilidades que no paga, y colabora activamente en que la prolongación de la jornada sea la norma general que rige en las entidades financieras; una prolongación que supone un fraude al trabajador y a la Seguridad Social pues no se pagan las horas extraordinarias. Sin embargo, el gobierno mira para otro lado y arremete contra los parados, supuestos vagos que defraudan a la sociedad por querer cobrar lo cotizado (las empresas, al parecer, no tienen obligación de hacerlo).

Propuse a la dirección de CCOO en La Caixa que se sacara una hoja en la que se expusiera lo ocurrido y que pidiera mi contratación fija. Sólo admitió sacarla cuando hubiese vencido mi contrato. Ha llegado un panfleto a todas las oficinas, cambiando lo que es represión sindical por arbitrariedad, poniendo en evidencia al jefe de zona. Sin embargo no se puso toda la carne en el asador para que yo conservara mi puesto de trabajo. Ante la postura decidida de la dirección, los dirigentes de la sección sindical de CCOO han actuado de una forma muy tibia. Ahora estoy parado, espero que no me caiga encima lo que llaman un "empleo adecuado" y que entre todos los trabajadores consigamos echar atrás el decretazo.

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