A mediados del mes de marzo el gobierno presentó los temas a negociar con sindicatos y patronal para la reforma laboral. Entre estos temas está la propuesta de extender a toda la población el contrato fijo con 33 días de indemnización por despido, poA mediados del mes de marzo el gobierno presentó los temas a negociar con sindicatos y patronal para la reforma laboral. Entre estos temas está la propuesta de extender a toda la población el contrato fijo con 33 días de indemnización por despido, por el que los empresarios reciben importantes subvenciones, frente al contrato indefinido ordinario con 45 días de indemnización por despido. Las direcciones sindicales de UGT y CCOO han manifestado, acertadamente, su rechazo a esta propuesta porque esto representaría un simple abaratamiento del despido. La introducción de este contrato “de fomento del empleo” ya significó un abaratamiento del despido para toda una serie de colectivos (mujeres, jóvenes, mayores, discapacitados...) a los que en teoría se quería favorecer. Ahora, el gobierno, con su propuesta, sólo hace que dar una vuelta de tuerca más, ofreciendo a la patronal la extensión de esta modalidad de contrato al resto.

Hay que explicar, además, que a pesar de todas estas concesiones a los empresarios, a pesar de las cuantiosas subvenciones que han recibido éstos en los últimos 8 años, la temporalidad sigue anclada en el 30% en el sector privado como media estatal. En las comunidades con mayor tasa de paro, como Andalucía y Extremadura, es donde la temporalidad es también mucho mayor (50% en Andalucía, 42% en Extremadura). Si los empresarios tienen a su disposición un gran volumen de mano de obra, ¿para qué hacerlos fijos? Lo mismo ocurre por sectores, en el de la construcción es dónde hay más temporales. Entre los jóvenes, es prácticamente imposible encontrar alguno con contrato indefinido. Por otro lado, el encadenamiento fraudulento de contratos es algo generalizado. A la vista está que la última contrarreforma laboral no sirvió para mejorar un ápice las condiciones de trabajo de la juventud y de la clase trabajadora en general.

En el índice de materias que se van a tratar en la negociación de la nueva reforma laboral se propone la “reforma o reducción del actual repertorio de contratos”. Las direcciones sindicales de UGT y CCOO deben plantear la eliminación de los contratos temporales: fijos a los 15 días. Para trabajos periódicos, contratos de fijos discontinuos. Sólo así se llevaría a cabo una medida realmente efectiva para atajar el abuso de los empresarios en la contratación. Y está claro que estas medidas sólo se conseguirán a través de la movilización, a través de un plan de lucha serio que doblegue al gobierno y a la patronal, y no a través del llamado “diálogo social”.

CCOO y UGT,

una respuesta tibia

Otro de los puntos que el gobierno ha introducido en la negociación es aumentar el período de prueba en los contratos fijos (ahora es de seis meses para los técnicos titulados y dos para el resto) y otro más es la revisión de las condiciones para determinar el despido por causas económicas (de nuevo, se trata de hacer más grande el coladero para los despidos por causas objetivas más baratos).

Los dirigentes de CCOO y UGT, ante los despropósitos del gobierno, se han limitado, por el momento, a decir que “la negociación no va a ser fácil, ni por las formas ni por el fondo”, pero esto es totalmente insuficiente. Si estas son las propuestas que el gobierno de Zapatero pone encima de la mesa para reformar el mercado de trabajo, las direcciones sindicales de UGT y CCOO deberían levantarse inmediatamente de las mesas de negociación y dar por rotas las negociaciones. UGT y CCOO, junto a otros sindicatos con fuerte implantación en algunas nacionalidades como CIG en Galicia, o como ELA y LAB en Euskadi, deberían elaborar una plataforma que recoja nuestras principales reivindicaciones como trabajadores: reducción de la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial, jubilación a los 60 años con el 100% del salario y con contrato de relevo, salario mínimo de 900 euros al mes, eliminación de las ETTs y de los contratos temporales... Con esta plataforma, emprender una campaña de información entre los delegados y los trabajadores, para recabar su apoyo. Y con esto, decirle al gobierno y a la patronal: esto es lo que queremos negociar. Si no hay respuesta, habrá movilización. Todas las quimeras sobre el diálogo social y el consenso, tan en boca del ministro Caldera y del gobierno, sólo son eso: quimeras irrealizables, patrañas para endosarnos retrocesos y nuevos ataques a los jóvenes y los trabajadores. Al final, se gobierna para unos o para otros, para la burguesía y sus intereses, o para los trabajadores y nuestras condiciones de vida y de trabajo.

Lluís Perarnau

UGT · Barcelona

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