Este año, en el poco tiempo transcurrido, no se puede decir que sea menos trágico, van siete muertes laborales y treinta y dos heridos graves. Estas cifras, como veréis, son un número bastante amplio como para que pasen desapercibidas. Sin embargo, los dirigentes sindicales no hacen otra cosa que lavarse las manos y hacer tímidas declaraciones. Aquella huelga general que anunciaron se quedó en una mera manifestación el 16 de abril. De nada sirve esta actitud, sólo para que los empresarios se rían una y otra vez del movimiento obrero en general y puedan seguir dejando morir a trabajadores en su empresa libremente como lo llevan haciendo hasta ahora.
Una de las muertes mas criminales fue la de Carlos Oscar Romero, obrero de 20 años natural de Bolivia, aunque con pasaporte argentino, que murió el martes 15 de febrero después de caer de un andamio desde una altura de ocho metros. El fallecido, con residencia en la capital granadina desde el pasado mes de agosto, era ilegal y se encontraba a la espera de conseguir un contrato de trabajo para formalizar su estancia en el país.
Los dirigentes de CCOO fueron a hablar con los encargados de la empresa y estos negaron en todo momento que este obrero trabajara para ellos. Lo más escandaloso es que los empresarios dijeron que el trabajador “fue a pedir trabajo y después se lo encontraron tirado en el patio interior del edificio”. Esto demuestra claramente el verdadero linaje de la patronal y los empresarios en general, que prefieren llenarse los bolsillos a toda costa, aunque mueran trabajadores en unas condiciones infrahumanas. Muy distinta es la versión que da la familia del fallecido; el trabajador llevaba varios meses empleado en esta empresa y sin contrato.
Son muchas las muertes laborales sufridas en la provincia y los empresarios día a día se lavan las manos y se siguen llenando los bolsillos. La lucha contra la siniestralidad laboral no la van a encabezar las instituciones burguesas que han demostrado no hacer nada mas que encubrir este tipo de hechos. Tenemos que ser las organizaciones y partidos de izquierdas, sindicatos como CCOO y UGT, los trabajadores y la juventud en general, los que tiremos del carro y luchemos contra estos empresarios que se lucran con el trabajo, en la mayoría de las ocasiones en unas condiciones precarias, de todos los trabajadores y la juventud.
Por eso los trabajadores debemos exigir tanto a CCOO como a UGT que retomen la huelga general que habían anunciado hace dos meses contra la siniestralidad laboral y que se dejen de pactos con la patronal que no llegaran nunca a ningún lado.
Ramón Reyes
Granada
