Pablo Mata.— El CCSTA es el único centro concertado de Asturias para el que la Consejería de Salud aún no ha propiciado un acuerdo de equiparación laboral de sus trabajadores con los del resto de la sanidad. El comité de empresa lleva años intentando conseguir la apertura de una negociación para alcanzar una solución consensuada para el futuro del CCSTA. En todo este tiempo ha sido imposible conseguir que la Consejería de Salud admita ni siquiera esa posibilidad.
Desde hace años está pendiente un cambio jurídico en el CCSTA. Su actual titular, Cruz Roja Española, lleva años anunciando su voluntad de abandonar su gestión. El propio cConsejero de Salud ha anunciado que el CCSTA pasará a ser un ente público. Sin embargo, dicha figura está aún por definir en detalle y sobre la misma no se ha dado ninguna información más. No sabemos nada del futuro de los 60 trabajadores que estamos implicados.
EM.— ¿Cuáles son vuestras reivindicaciones?
PM.— Se trata de dos cuestiones para nosotros fundamentales. La primera es la equiparación de las condiciones laborales de los trabajadores del CCSTA con las del resto de trabajadores de la sanidad asturiana. Y en segundo lugar, defendemos la integración del CCSTA dentro de la estructura del Servicio de Salud, como ocurre ya en otras comunidades autónomas. Consideramos que esa es la mejor opción para dar solución a algunos de los problemas crónicos que tiene el centro. Por citar algunos: total descoordinación del trabajo, problemas de financiación, falta de inversiones en material, locales, atención al donante, etc.
EM.— ¿Qué medidas habéis llevado a cabo para conseguirlas?
PM.— No nos han dejado otra salida que la de dar a conocer la situación y reivindicar nuestros derechos mediante movilizaciones. Desde diciembre del año pasado hemos llevado a cabo varios paros parciales (de 1, 2 o 3 horas), hemos hecho campañas de información, recogidas de firmas, tenemos incluso un espacio en la web para dar a conocer la verdad y evitar manipulaciones (www.agora.ya.com/equiparaciónya). La respuesta que nos han dado ha sido la de negarnos el derecho a huelga estableciendo que todos los trabajadores formamos parte de los servicios mínimos y obligándonos a sacar los carteles de protesta del autobús. Aún así las movilizaciones continuarán tal como hasta ahora. Nuestra intención siempre ha sido la de evitar hacer daño a la donación de sangre, pero no se nos puede pedir que permanezcamos en silencio más tiempo, frente a la desidia, indiferencia y abandono de la Consejería de Salud, que sigue considerando que la obtención de donaciones de sangre es una actividad que no tiene nada que ver con ella.
