La piratería empresarial y la corrupción institucional se han cobrado seis vidas de un solo golpe. De nuevo ha sido en Granada, una provincia que arrastra una de las peores tasas de siniestralidad laboral de todo el Estado español, unida a una de lasLa piratería empresarial y la corrupción institucional se han cobrado seis vidas de un solo golpe. De nuevo ha sido en Granada, una provincia que arrastra una de las peores tasas de siniestralidad laboral de todo el Estado español, unida a una de las peores tasas de precariedad y destajos de toda la Unión Europea. De nuevo ha sido en Andalucía, una comunidad autónoma de ocho millones de habitantes en la que sólo hay 106 inspectores de trabajo. De nuevo ha sido en una obra pública, el tramo de la autovía del Mediterráneo a su paso por Almuñecar, tramo que había sido adjudicado a tres de esas empresas que acuden a los concursos de obras públicas como moscas a la miel: Azvi, Ploder y Obras Subterráneas, que para el caso formaron la Unión Temporal de Empresas La Herradura. Esta Unión Temporal subcontrató la obra a la empresa gallega Estructura y Montajes de Prefabricados, que a su vez subcontrató a las empresas portuguesas Douro y Montemuros. Subcontrata sobre subcontrata, lograron globalizar los beneficios, y la muerte. Cinco de los seis trabajadores muertos hasta ahora eran portugueses, y el sexto un joven gallego de 24 años.

Basta de subcontratación,

basta de corrupción

Los beneficios de las empresas son como dioses antiguos que exigen sacrificios humanos. En nuestra provincia treinta compañeros ya han sido inmolados. Decenas más han sufrido graves lesiones o han quedado incapacitados. Todo por los sagrados beneficios y las sagradas comisiones por adjudicación de obra, que complementan el sueldo que a nuestros sagrados representantes en las instituciones pagamos todos. No importa escatimar en materiales de calidad, ni en medidas de seguridad. No importa hacer trabajar a destajo a los obreros, más vale que estos hagan cuatro metros en vez de dos aunque para eso les estorbe el arnés, y trabajen cansados, y se fomente el copazo (como los antiguos esclavistas españoles usaban la hoja de coca para hacer sacar más plata a los indios en las minas de América) con la pérdida de reflejos y el desgaste físico que eso supone a la larga. La vida de los trabajadores no importa, la vida de un hombre joven no importa, solo importan sus beneficios y sus comisiones. (…)

(versión completa en www.elmilitante.org)

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas