Tras el éxito de la huelga de tres días de finales de mayo, los trabajadores del montaje y de las empresas auxiliares han protagonizado a primeros de junio una nueva huelga, esta vez de cinco días, en demanda de la equiparación salarial con Aceralia,Tras el éxito de la huelga de tres días de finales de mayo, los trabajadores del montaje y de las empresas auxiliares han protagonizado a primeros de junio una nueva huelga, esta vez de cinco días, en demanda de la equiparación salarial con Aceralia, y ya hay una nueva convocatoria de diez días sobre la mesa. También los días 21 y 22 de mayo más de 10.000 trabajadores del metal iban a la huelga por la negociación del convenio colectivo. El masivo seguimiento en ambos sectores ha paralizado prácticamente la actividad metalúrgica en la región, poniendo contra las cuerdas, indirectamente, a los gigantes industriales asturianos y asestando un duro golpe a la patronal Femetal.

El montaje y empresas auxiliares en lucha por la equiparación salarial con Aceralia

La masiva presencia de la subcontratación en empresas como Aceralia ha evidenciado el papel fundamental que los trabajadores de las auxiliares y el montaje de-sarrollan en el proceso productivo de estas empresas, hasta el punto que Aceralia ha decretado que la plantilla permanezca en sus casas mientras dure la nueva convocatoria de huelga, computándose estos días como vacaciones o descansos compensatorios, pese a que no está directamente implicada en el conflicto. Esto ha generado malestar entre los trabajadores de plantilla, quienes durante el paro de mayo desoyeron a la dirección, (aproximadamente el 90% de la plantilla acudió al trabajo con normalidad). La práctica paralización del proceso productivo, por sí sólo, demuestra ya lo justo de las reivindicaciones de los trabajadores de Auxiliares, cuyo lema en esta movilización es: “A igual trabajo, igual salario”. De ahí que el incremento salarial que se pide esté en torno al 30% en tres años.

Los trabajadores del metal rechazan en asamblea el preacuerdo del convenio colectivo

El punto central de las reivindicaciones del sector del metal gira en torno a la disminución de la jornada laboral y a la elaboración de un calendario que garantice el disfrute de los días compensatorios, algo que ahora no cumple prácticamente ninguna de las empresas del sector. También se planteaba una subida salarial del 6%. Dos días antes de que comenzara una nueva huelga de cuatro días, los portavoces sindicales desconvocaban el paro tras anunciar la firma de un preacuerdo con la patronal. Este recogía una subida salarial del 4,5%, renunciaba a la disminución de jornada y dejaba a cada empresa la negociación del calendario de disfrute de compensatorios. El preacuerdo, claramente insuficiente, ha provocado fuertes críticas hacia los representantes sindicales entre los trabajadores, quienes rechazaron el mismo en las asambleas de Avilés, Mieres y Langreo (aceptándose en Oviedo y Gijón). Ante esta reacción en las asambleas, los dirigentes sindicales han renunciado a imponer el preacuerdo, planteándose un plazo de diez días para reabrir la negociación del convenio con Femetal. No obstante, y pese a haber desconvocado la huelga, los trabajadores de Avilés han decidido, en una masiva asamblea, continuar el calendario de paros previsto inicialmente.

Una lucha que puede extenderse

Un factor importante en ambos conflictos es la incorporación de trabajadores jóvenes, el sector más machacado por la patronal, a la lucha sindical. Esto marca una diferencia cualitativa respecto a anteriores movilizaciones y es indudable que su participación está contribuyendo a radicalizar aún más la lucha, ya que por primera vez se les ofrece una salida para cambiar sustancialmente sus condiciones de trabajo. La participación en los piquetes está siendo muy numerosa, tomando éstos el carácter de manifestaciones, con la participación, por ejemplo, de más de dos mil quinientos trabajadores en el que se realizó el martes en Avilés, y que terminó en el Ayuntamiento coincidiendo con la visita del Rey a la ciudad.

También los trabajadores del astillero público Izar-Gijón, que ya secundaron el día 21 la jornada de huelga en solidaridad con sus compañeros, iniciaron esta semana movilizaciones para reclamar carga de trabajo y por el convenio colectivo. En Aceralia el Comité de empresa ha convocado cuatro días de huelga para finales de junio, también por la negociación del convenio.

La coincidencia de todos estos conflictos de manera casi simultánea no obedece a ninguna casualidad. Bajo nuestro punto de vista esto no es más que la continuación del proceso de cambio que se está viviendo en el seno del movimiento obrero, y que se manifestó de manera clara durante la huelga general del 20-J. Tras años de retrocesos, de deterioro continuado en las condiciones de vida de los trabajadores, el descontento se está expresando ahora de una forma concreta a través de la lucha por conseguir buenos convenios colectivos. En Asturias, a pocos días de las elecciones municipales y autonómicas, donde la izquierda sufría aparentemente un retroceso, la espina dorsal del movimiento obrero está en pie de guerra, defendiendo en el terreno sindical sus intereses de una forma totalmente rotunda.

La afinidad entre estos sectores hace que la unidad y extensión de la lucha se plantee como algo totalmente necesario y natural. Tanto CCOO como UGT tienen la responsabilidad de aprovechar la magnifica disposición a la lucha que están demostrando los trabajadores para conseguir que estos conflictos se salden con victorias para el movimiento obrero.

Mónica Iglesias

CCOO · Asturias

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