Altadis (Tabacalera):

éxito de la huelga contra el cierre

El día 15 de septiembre los trabajadores de Altadis del Estado español y de Francia han protagonizado una huelga exitosa contra el cierre de 7 fábricas de la empresa. El paro ha sido total en Sevilla, Cádiz, Tarragona, Lille y Nantes. Ya entrevistamos al Comité de Empresa de Tabacalera de Sevilla en el número 164 de este periódico. La magnífica manifestación de Sevilla ha sido la más grande de todas: entre 12 y 15 mil trabajadores y jóvenes salieron a la calle para derrotar los planes de la empresa que, a medida que aumenta los beneficios (entre 8 y 10% cada año), intenta reducir plantilla y destruir puestos de trabajo presentes y futuros. En la manifestación también estuvieron los trabajadores de Pickman y del Astillero de Sevilla. En Cádiz se manifestaron 2.500 y en Tarragona 500. El plan de la multinacional es trasladar parte de la producción a Marruecos y Turquía, aprovechando las míseras condiciones de trabajo y falta de derechos sindicales. La empresa afirmó que sus planes son inamovibles pero ha sido obligada a sentarse en París (el 19 de septiembre) ante los Comités Intercentros de los trabajadores y los sindicatos. De momento la empresa no ha dado ningún paso atrás: sabe que los gobiernos de derechas de Raffarin y de Aznar son buenos aliados.

La actitud del PP

Zaplana, el ministro de Trabajo, sigue sin decir ni pío, a pesar de que los trabajadores han pedido su comparecencia ante el Parlamento. De hecho, el Gobierno tiene la facultad de autorizar o no el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y está autorizando más de 400 al mes durante este año. De momento el Gobierno calla, le tiene miedo a las repercusiones electorales negativas. El PP estaría encantado de ayudar inmediatamente a la multinacional Altadis, ya que fue Aznar el que privatizó Tabacalera, pero la presión obrera le mantiene en una situación difícil y por eso es posible que el PP intente mantener una situación de equilibrio hipócrita hasta las elecciones de marzo. Los trabajadores y trabajadoras lo intuyen y por ello seguirán movilizándose para aumentar la presión. De poco le va a servir al PP haber tenido a la alcaldesa Teófila Martínez en el cortejo de Cádiz. Un incidente en la Plaza Nueva de Sevilla revela el desprecio del PP hacia los trabajadores: durante la manifestación del día 15 un trabajador estaba repartiendo nuestras hojas sobre la huelga y vendiendo El Militante, un concejal del PP del Ayuntamiento de Sevilla (que dijo llamarse Francisco) le pidió un ejemplar y luego lo rompió de forma teatral sin haberlo pagado. Sobran comentarios sobre este individuo facha —al final le obligamos a pagar el periódico, por supuesto—.

El Sindicato de Estudiantes y El Militante están apoyando desde el comienzo la lucha, planteando la necesidad de expropiar y renacionalizar sin compensación a Altadis si la empresa no retira sus planes.

Las tradiciones de las

cigarreras de Sevilla

Las tradiciones de lucha de las trabajadoras del tabaco (las cigarreras) y el apoyo de los trabajadores de la ciudad de Sevilla son las armas fundamentales en manos de la plantilla y de su comité. Hace cien años se solía decir en Sevilla que ninguna lucha obrera triunfaría sin la implicación de las cigarreras. Estas trabajadoras llegaron a ser hasta 5.000, bien organizadas, combativas y politizadas. Muchas eran madres solteras y económicamente independientes. Sus primeras huelgas entre 1835 y 1875 para mejorar las duras condiciones laborales se sitúan entre las más importantes de las mujeres trabajadoras del país. Así fue como ganaron el apoyo y el respeto de la clase trabajadora de toda la provincia de Sevilla. Dos siglos después, más de 115.000 firmas contra el cierre y una manifestación masiva demuestran la capacidad de movilización de las cigarreras. La compañera Josefa Medrano (presidenta del Comité de Empresa de Sevilla-CCOO) lo repitió muy claramente en el mitin final de la manifestación: “La lucha de las mujeres codo a codo con sus compañeros trabajadores, la unidad del movimiento obrero en la lucha, es la razón de nuestra fuerza. Cuando en julio la empresa nos comunicó el cierre estábamos desesperadas, no podíamos ni dormir por la noche. Pero empezamos a recoger datos, nos reunimos en asamblea para analizarlos y vimos que teníamos razón: la empresa no tiene ninguna justificación para su plan. Ello nos dio confianza para empezar la lucha y aquí estamos esta noche: diga lo que diga la empresa, ¡Tabacalera no se cierra!”.

Los problemas de la lucha de Pickman

Entrevistamos en EM nº 160, de abril 2003, (ver www.elmilitante.org) a Antonia Ramos, del Comité de Empresa de Pickman-La Cartuja de Sevilla por UGT. Volvemos a escribir sobre esta lucha ya que el conflicto de la plantilla con el empresario Ruíz del Alda todavía está abierto. El despido de toda la plantilla (132 trabajadores en febrero) y el traslado clandestino de la producción a Marruecos originaron la lucha obrera más larga del año. Los trabajadores empezaron con una acampada y decenas de manifestaciones en toda la ciudad.

El acuerdo (con el Gobierno y la Junta de Andalucía) para levantar la acampada trajo el subsidio de desempleo del 70% del salario a cambio de cursos de formación (¡jardinería, pintura, etc., por 9 euros al día!) para acondicionar la empresa. El gobierno del PP se había comprometido a pagar el 15% que faltaba y la Junta de Andalucía el otro 15%: la Junta cumplió y el Gobierno no. En junio los trabajadores consiguieron el despido nulo, la readmisión y la orden al empresario de pagar los atrasos y reabrir la empresa el día 1 de julio. El empresario, atrincherado detrás del famoso buffet de abogados Garrigues-Andersen, sigue sin cumplir. En los meses de julio y agosto el empresario depositó en el juzgado el 80% de los salarios del bimestre, pero los trabajadores no han visto ni un céntimo todavía.

Democracia obrera, lucha y negociación

Los dirigentes de UGT-MCA y CCOO han estado dilatando en el tiempo las negociaciones y eso ha favorecido a la empresa y al gobierno, que se han aprovechado de esta situación. En general, los compañeros dirigentes de CCOO y UGT de Sevilla han tomado muchas decisiones sin antes consultar con la plantilla de Pickman y los abogados sindicales se entrevistan a menudo con los Garrigues–Andersen, algunas veces sin antes avisar a los trabajadores. Parece que todos deciden el método de negociación, menos los trabajadores. Cada día llueven propuestas nuevas, nuevos acuerdos ‘casi alcanzados’, sin que nada se haya resuelto en los tres meses desde que se levantó la acampada. Por eso hay mucha confusión entre los trabajadores y la lucha de los más combativos contra el cansancio y la desilusión de la mayoría resulta muy dura. El método de la democracia obrera, el único democrático de verdad, implica que cada paso de la lucha y cada negociación sean preparados y aprobados previamente en las asambleas de la plantilla y que ninguna iniciativa se tome a sus espaldas. A cada paso del proceso, los dirigentes sindicales que no son trabajadores tienen que actuar con un mandato explícito y claro del comité, renunciando a cualquier encuentro sin su presencia. Las negociaciones tienen que ser absolutamente transparentes. Éste método no es invención nuestra: fue desarrollado en miles de ocasiones por la propia clase y al aplicarlo la confianza y las probabilidades de victoria de la plantilla aumentan enormemente. En caso contrario, los trabajadores pierden su papel y solo les queda ser espectadores. Todo lo que se ha conseguido hasta la fecha es fruto de la movilización. Tres meses de pura negociación han resultado ser estériles. La negociación tiene que darse desde una posición de fuerza de los trabajadores. Si por el contrario la negociación agota a los trabajadores, los dirigentes sindicales se están claramente equivocando.

La importancia de la

unidad

Coincidimos con Antonia Ramos en que la famosa marca Pickman debería que ser expropiada y que tanto la fábrica como la marca tienen que pasar a manos del Gobierno central o autonómico y funcionar bajo control de los trabajadores y sindicatos. La misma postura mantenemos en el caso de Tabacalera. El PP no tiene ninguna intención de expropiar la marca Pickman (condición necesaria para poder vender el producto) y de hecho está ayudando al empresario delincuente. De forma más o menos encubierta, la misma ayuda quiere Zaplana dar a los tiburones de Altadis. Desde El Militante decimos a los compañeros dirigentes de CCOO y UGT: la lucha de Tabacalera es importantísima, pero no hay que dejar que Pickman se quede en la sombra medio olvidada. Es una lucha igual de importante que Tabacalera para el empleo en Sevilla; la Cartuja de Sevilla es una fábrica histórica y de ella dependen 132 familias trabajadoras. Cada movilización debe alimentar la otra, ya que en ambos casos hay que presionar fuerte al gobierno del PP. El empuje de la lucha de Tabacalera tiene que ser aprovechado para hacer avanzar las demás luchas, unificando las reivindicaciones. Todas las fuerzas obreras tienen que golpear sobre el mismo clavo.

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última hora

CONCENTRACIÓN DE ALTADIS

EL 18 DE OCTUBRE

El sábado 18 de octubre a las 12 de la mañana el Comité de Altadis convoca una concentración en el Paseo de Colón frente al monumento de Carmen (Pl. de Toros).

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