En las últimas semanas hemos vivido acontecimientos importantes en Venezuela. La derrota de la oposición en el llamado reafirmazo (la recogida de firmas para intentar revocar a Chávez) ha sido clamorosa. Lo único que se ha reafirmado es la disposicióEn las últimas semanas hemos vivido acontecimientos importantes en Venezuela. La derrota de la oposición en el llamado reafirmazo (la recogida de firmas para intentar revocar a Chávez) ha sido clamorosa. Lo único que se ha reafirmado es la disposición del pueblo a seguir apoyando el proceso revolucionario y la incapacidad de esta oposición contrarrevolucionaria para encontrar una base de apoyo firme en la sociedad venezolana. Ronald Marrero y William Sanabria, miembros de la Corriente Marxista Revolucionaria que edita las publicaciones El Topo Obrero y El Militante, analizan en este artículo esos acontecimientos.

Algunos logros del proceso revolucionario...

Trabajadores, campesinos, sectores populares... todos estamos convencidos y sabemos que hace falta una mayor profundización del proceso revolucionario. También somos conscientes de que hay algunos logros innegables en lo social y en lo político, y esto es lo que hace que las masas estén dispuestas a la defensa del proceso cuando se las convoca o cuando sienten que éste corre peligro.

Entre estos logros está el plan de alfabetización nacional, llamado Misión Robinsón, que logro la meta de un millón (1.000.000) de alfabetizados el día 27 de diciembre de este año. De 1958 a 1998 sólo se habían alfabetizado 300.000 personas. Bajo la presidencia de Chávez se han alfabetizado un millón de personas en menos de un año y él mismo se ha propuesto como meta acabar con el analfabetismo para julio del próximo año.

Los trabajadores y el pueblo debemos participar y ser protagonistas de estos planes sociales y controlar su ejecución, ya que será esta participación la que puede mejorarlos, profundizarlos y corregir las deficiencias. Dichos planes son el Avispa, que reconstruye, construye y repara las casas de los más desfavorecidos, las misiones Robinsón, Rivas y Sucre, en el plano educacional, estando éstas divididas en alfabetización y primaria, la Robinsón; bachillerato y técnica, la Rivas; y universitaria y profesional, la Sucre. Además del plan Barrio Adentro se encarga de llevar salud preventiva a los sectores más pobres de las ciudades y a las áreas indígenas y campesinas más distantes, a ellos se unen el PROAL, plan de alimentación popular, además de otros que se ejecutan en la actualidad.

Otro logro es la entrega de mas de 2.000.000 de hectáreas a familias campesinas y este mes también se entregó la escuela bolivariana número 3.000. Éstas se construyen en todo el país, con el nuevo concepto de escuela integral.

... y algunas carencias

y errores

Sin embargo, también es cierto que en el área económica la pobreza sigue siendo enorme y las diferencias entre ricos y pobres no acaban de recortarse, el desempleo crece debido a la crisis internacional del capitalismo (esta lacra del desempleo vemos como crece en todos los países capitalistas) y problemas como el de las empresas tomadas por los trabajadores para defender los empleos no han sido afrontados por este gobierno como debe hacerlo un gobierno del pueblo. También hay más denuncias de irregularidades, corrupción y falta de claridad en la gestión de fondos públicos de las que nos podemos permitir.

En la principal empresa estatal del país, la petrolera PDVSA —que suministra más de la mitad de los ingresos del Estado—, no se ha apostado por la participación de los trabajadores y el pueblo en la gestión y el control de la empresa, mediante la elección de representantes revocables, la celebración de asambleas, etc. Fue el control de los trabajadores y su participación en la gestión de la empresa petrolera lo que salvó a ésta hace un año y entonces se demostró que es la forma de gestión más eficaz y democrática, y la única que permite que la gestión sea transparente.

Conflicto con el Banco Central y los banqueros

Todas estas cuestiones tienen un denominador común: Las limitaciones del gobierno de Chávez ante la aceptación del marco del capitalismo como inmodificable y el intentar adaptar las políticas que se aplican a ese marco. Esta situación está llegando al límite y puede cambiar en función del desarrollo de la lucha de clases y que el proceso revolucionario se pueda profundizar dependerá en última instancia de la movilización popular, de la presión que ejerzan las masas, pero sobre todo de que éstas logren participar en la toma de todas las decisiones. Una revolución que no avanza retrocede.

Las declaraciones del presidente Chávez contra el Banco Central (BCV) han sorprendido a muchos. El presidente dio un ultimátum al BCV, ya que éste se ha negado de manera reiterada a darle un millardo (mil millones) de dólares para invertir en el área agrícola, uno de los ejes de desarrollo más importantes del país. Chávez señaló que era necesaria la modificación de la ley del Banco Central, para poder utilizar las reservas internacionales en el desarrollo del país y planteó la modificación de las leyes financieras para impulsar proyectos agrícolas e industriales, y sancionar a la banca privada con la intervención, si no aporta los recursos para apoyar la producción. “En el BCV hay una cuna neoliberalista”, dijo, y manifestó que el ente financiero no puede actuar contra la constitución. “Cuando comencé a tocar este tema, comenzaron a amenazar con que iban hacer una huelga. Bueno háganla... para intervenirlos como en PDVSA” (todas las citas son del programa Aló Presidente y del diario Últimas Noticias del día 29/12/03, pág. 6).

También anunció una ofensiva internacional, para el año 2004, en contra del ALCA. Venezuela es el único país donde se ha dicho que ninguna decisión sobre este tema será tomada sin consultar al pueblo a través de un referéndum.

Estos planteamientos son un paso adelante, pero no son suficientes. Ya antes ha habido más enfrentamientos con la banca y Chávez había amenazado con intervenirla, por ejemplo, cuando se aprobó la Habilitante. En aquel momento no lo hizo y ahora vemos como éste sector de la oligarquía está más prepotente. Por eso ahora es necesario ir más lejos que las simples amenazas. Si se va a elaborar una nueva ley para el BCV hay que hacerlo cuanto antes poniendo sus recursos directamente al servicio del gobierno, además de contemplar la participación y el control de los trabajadores, organizaciones obreras y populares. Respecto a la intervención de los bancos, el único modo de lograr que las riquezas de éstos sean empleadas en beneficio del desarrollo del país es estatizándolos bajo control obrero y social.

La oposición en crisis,

pero no rendida

La oposición contrarrevolucionaria está más dividida y desesperada que nunca. Ni sus propios números coinciden, unos dicen que recogieron 2.800.000 firmas y otros que 3.600.000. Su bancarrota se refleja en que han sido incapaces de movilizar en la calle a sus partidarios en apoyo a esas firmas que dicen haber recogido, mientras que el chavismo ha convocado varios actos con centenares de miles. Se han desvelado espantosas trampas y mentiras en el proceso de recogida de firmas de la oposición. Varios tribunales judiciales se han pronunciado a favor de trabajadores que fueron obligados a ir al firmazo y hay mas de 6.000 denuncias de fraude.

El fraudazo de la oposición busca desestabilizar al gobierno e intenta presentarlo internacionalmente como antidemocrático porque rechaza las firmas, para intentar, en cuanto sea posible, un nuevo golpe, combinado posiblemente con una intervención extranjera a través de otros gobiernos agentes del imperialismo en la zona, la OEA y el propio imperialismo estadounidense. No es casualidad que se esté calentando la frontera con Colombia en estos días, esto ocurre justo después de editoriales y artículos en la prensa de EEUU en contra de Chávez y del proceso venezolano (Miami Herald de los días 28 y 29 de diciembre). Debemos recordar que el presidente de Colombia estuvo y está muy ligado a los paramilitares colombianos y al imperialismo, y que es uno de los principales detractores del presidente y del proceso venezolano.

¡Ningún pacto

con la burguesía!

¡Romper con el capitalismo!

En estos momentos el imperialismo presiona al Consejo Nacional Electoral (CNE), órgano encargado de declarar si las firmas son válidas y suficientes para convocar el referéndum revocatorio, con el fin de que declare las mismas válidas, pero para todo el pueblo venezolano es evidente que esas firmas no se han conseguido. El pueblo pide al gobierno que no ceda al chantaje del imperialismo y la oposición golpista y profundice la revolución. Chávez ha dicho que no va a ceder a las presiones y que no habrá referéndum ya que no han conseguido las firmas necesarias.

Esto no significa que bajemos la guardia y dejemos la iniciativa en manos del gobierno. Las experiencias históricas, propias y de otros países, nos han enseñado que lo único que frena un golpe de estado y la arremetida del imperialismo es la movilización popular, encabezada y dirigida por el movimiento obrero, solo hay que recordar abril y diciembre del año pasado cuando los trabajadores y el pueblo venezolano echamos atrás los golpes de Estado.

Al mismo tiempo, en el terreno económico se está agudizando cada vez más la contradicción entre una política económica que intenta seguir manteniendo el marco del capitalismo y las necesidades cada vez más acuciantes del pueblo. La crisis internacional del capitalismo y el boicot de los capitalistas a la economía venezolana ha incrementado el desempleo y la pobreza.

Debemos estar alerta. Aunque la oposición fascista no tenga apoyo social hará todo lo que pueda para acabar con el proceso revolucionario, no solo el de Venezuela sino el de toda América Latina. No debemos caer en la trampa de la conciliación de clases, debemos movilizarnos para conseguir que se creen y ejecuten las nuevas leyes, para apoyar el proceso, y fortalecer las bases del movimiento obrero y popular, dándoles conciencia y cohesión, debemos tomar las calles y estar en movilización permanente para demostrar a los fascistas e imperialistas, que en Venezuela y en Latinoamérica, mandan cada vez más los pueblos. Es imprescindible sustituir la maquinaria del estado venezolano, que sigue siendo capitalista y burguesa y sabotea cualquier medida favorable a los sectores populares, por un estado en el que el poder esté realmente en manos de los trabajadores y del pueblo.

Con la participación de la clase obrera y el pueblo organizado mediante asambleas en las fábricas y los barrios, que elijan representantes elegibles y revocables en todo momento, que se coordinen a nivel local, estadal y nacional, será posible sustituir las estructuras corrompidas que siguen actuando a favor de los capitalistas. Necesitamos estructuras revolucionarias que sirvan realmente a la clase obrera y al pueblo, profundizando la revolución, superando el marco del capitalismo y estatizando los recursos fundamentales del país para planificar de un modo democrático la economía y solucionar los problemas sociales y económicos. La clase obrera es la llamada a liderar los procesos revolucionarios nacientes e incipientes que cada día con mayor fuerza vienen dándose en toda Latinoamérica, porque la lucha de los obreros y el pueblo argentino, es la misma que la del venezolano o boliviano.

Hoy esta mas viva que nunca la consigna de Marx: “Proletarios del mundo unios” Este es el momento. No podemos tener ninguna confianza en la burguesía ni en sus partidos, nuestra liberación es tarea de nosotros mismos camaradas, a luchar por ella.

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