Introducción
En la zona sur del Gran Buenos Aires, más precisamente en los partidos de Quilmes, Lanús y Almirante Brown, han surgido y se han desarrollado un conjunto de organizaciones de trabajadores desocupados cuyas prácticas y concepciones constituyen un quiebre con las formas tradicionales de la política argentina. Los Movimientos de Trabajadores Desocupados (MTD) de Solano, Lanús y Almirante Brown constituyen, en efecto, una de las experiencias más ricas y novedosas de los últimos años.
A estas experiencias se están sumando grupos de diferentes regiones del país: MTD de Lugano (Capital Federal), MTD de Esteban Echeverría y MTD de José C. Paz (Conurbano Bonaerense), y los MTD de la Provincia de Río Negro "Darío Santillán" (Cipoletti) y "23 de Julio"(Allen). Todas estas expresiones junto al MTD de Florencio Varela y otras organizaciones integran la CTD Anibal Verón.
Transformando los planes de empleo del gobierno en una herramienta de lucha y organización, estos movimientos han logrado consolidarse en el tiempo y avanzar en la articulación y en la coordinación con otros sectores del campo popular.
Los planes arrancados al gobierno en los "piquetes" que cortan la circulación de vehículos y mercancías por las rutas argentinas son administrados de forma autónoma y dan lugar a una serie de emprendimientos productivos (panaderías, bloqueras, herrerías, carpinterías, etc.) y diferentes iniciativas que satisfacen las necesidades del barrio (bibliotecas populares, guarderías, comedores, roperos y farmacias comunitarias, etc). De esa manera, cada victoria en el "piquete" potencia el desarrollo de la organización.
La forma de organización y construcción política de los Movimientos de Trabajadores Desocupados marca también un quiebre con respecto a la política tradicional
Conceptos como el de Horizontalidad, autonomía y trabajo de base están en el centro de estas experiencias.
La apuesta de los MTD es una apuesta fuerte: su objetivo final es el cambio social. Un cambio social que se construye en el día a día y donde adquiere un lugar central la formación de los compañeros.
Muchos de estos conceptos, aparecerán reiteradas veces en las páginas que siguen. En ellas, no tendremos más remedio que conformarnos con descripciones aproximadas y con los ecos lejanos de una experiencia cargada de dramatismo y de vitalidad. Una experiencia que ha sacudido la conciencia de la nación y ha demostrado la enorme potencialidad de la Argentina profunda, esa Argentina "piquetera" que no se resigna a ser un país para pocos y lo resume en una consigna: Trabajo, Dignidad y Cambio Social.
La Argentina arrasada: Una breve contextualización histórica
Durante la década de los noventa, bajo el gobierno de Carlos Menem, se consolidó en la Argentina el modelo neoliberal. Las consecuencias de dicho modelo, cuyas primeras piezas habían sido montadas por la última dictadura militar entre 1976 y 1983, están hoy a la vista y son producto de una serie de transformaciones estructurales en la economía y la sociedad.
Las políticas neoliberales beneficiaron a los sectores más concentrados de la economía (los acreedores externos, los grandes bancos, los grandes grupos locales que se beneficiaron con el proceso de privatización de las empresas públicas, etc.) y descargaron todo su peso sobre las grandes mayorías nacionales.
Poco queda de aquella Argentina que se había desarrollado a partir de una economía orientada a un mercado interno en expansión y que se mostraba mucho más homogénea desde el punto de vista de su estructura social.
Hoy, y como consecuencia de las transformaciones que se iniciaron con el golpe de 1976 (que inauguró el proceso de desindustrialización y endeudamiento externo que requería el nuevo ciclo de valorización financiera del capital) lo que predomina en nuestra sociedad es la fragmentación y la heterogeneidad. Los niveles de pobreza y marginación han alcanzado niveles inéditos (casi un cuarenta por ciento de los argentinos están por debajo de la línea de pobreza), en tanto que los propios organismos oficiales reconocen que la desocupación alcanza cifras superiores al 20 %.
El gobierno de Fernando De la Rúa, que cayó en diciembre del año pasado como consecuencia de una impresionante movilización popular, y el actual, encabezado por Eduardo Duhalde, no han hecho más que continuar con la aplicación de dichas políticas.
Por los bordes todavía se puede: Acerca del origen de los MTD de la zona sur del Gran Buenos Aires.
Durante los años 1996 y 1997 tienen lugar en el interior del país una serie de protestas populares que por su masividad constituyeron verdaderas puebladas. Tanto en la región de la Patagonia (en la zona de Cutralcó y Plaza Huincul) como en el norte del país (en Salta y en Jujuy, sobre todo), donde las políticas neoliberales habían causado estragos en aquellas ciudades que habían crecido a partir de las grandes empresas estatales como YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) o Altos Hornos Zapla, o grandes ingenios azucareros, se registraron masivas manifestaciones que marcaron el inicio de un fuerte proceso de recomposición de los sectores populares en la Argentina. En dichas "puebladas" emergió y se consolidó una herramienta de lucha hasta ese momento inédita: el corte de ruta.
Esos acontecimientos demostraban, por un lado, que la desocupación se había convertido en un dato estructural de la vida política argentina y por otro, que los desocupados en tanto sujetos sociales aparecían como un sector clave en la lucha contra las políticas de ajuste del neoliberalismo.
Ante el crecimiento de la protesta social el gobierno nacional decidió implementar un conjunto de planes de empleo (Planes Trabajar) con el objeto de contener las demandas de los desocupados. Los planes tenían una impronta claramente disciplinadora: desde el poder se pensaba que podían ser útiles para dividir los movimientos de protesta y para coptar a algunos de sus líderes.
Además, servían para reforzar la ya de por sí extensa red clientelística del gobierno nacional y los gobiernos provinciales.
Sin embargo, muchas organizaciones de trabajadores desocupados vieron la posibilidad de consolidar su organización a partir de estos subsidios de empleo que se conseguían a partir de la lucha.
Es en ese contexto que se produce, a fines de 1997 el primer corte de ruta en la Provincia de Buenos Aires, más precisamente en Florencio Varela. Esa experiencia, que fue masiva y terminó con una victoria de los "piqueteros", constituyó un punto de referencia importante para el desarrollo de los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown.
"Una de las cosas que más cautivó fue la forma organizativa, que la cosa se manejara en asambleas, que nadie tuviera un cargo comprado, que todos fueran removibles (...) la discusión fundamental pasaba por los planes trabajar: si era aceptar una limosna o la cosa pasaba por agarrarlos para ir por más. (...) Sobre eso se fundamentaba lo de trabajo, dignidad y cambio social: Agarremos esto, que es una cagada, pero a partir de esto tenemos la excusa para hacer otras cosas, y a partir de ahí empezarnos a organizar".(1)
Sería precisamente el MTD de Solano el que más tempranamente comienza a organizarse. En noviembre de 1997 tienen lugar las primeras asambleas y el primer corte de ruta, con el que se consiguen los primeros planes. También por esa época comienzan a establecerse relaciones, a partir de la solidaridad en las luchas, con las otras organizaciones de desocupados.
"Las primeras asambleas eran de 30 o 40 compañeros. Hicimos una marcha al Municipio y conseguimos los primeros 50 planes; después viene el primer corte de ruta porque queríamos más planes. La gente ya no estaba dispuesta a ceder de forma pacífica los puestos de trabajo... Ahí fue que nos conocimos con los compañeros de Lanús, que vinieron a solidarizarse al corte".(2)
A los pocos meses comienza a organizarse el MTD de Lanús. En una primera instancia a partir de la coordinación con otros movimientos que ya existían como el de Solano, el de Varela o el de La Plata, y en un segundo momento, que marca la consolidación del movimiento, a partir de una serie de reivindicaciones específicas en el propio barrio, que excedían el reclamo por los planes de empleo:
"El MTD se consolida acá cuando damos fuertes luchas zonales y en el barrio (...) cuando tocamos las fibras sensibles de las tierras del barrio que estaban en poder del municipio, habiendo tanta necesidad de vivienda... Ahí se acercaron compañeros del barrio que tal vez veían que había gente que se juntaba para dar algunas luchas. Pero el tema de tocar los intereses más inmediatos del barrio fue fundamental. Más allá de nuestro eje concreto, que podía ser la lucha por los planes, fue por ahí por donde más nos potenciamos".(3)
Un poco más tarde, comienza a organizarse el MTD de Almirante Brown, el que hacia noviembre de 2000 realiza su primer corte de ruta junto con los MTD de Solano y Lanús, en la rotonda de Pasco (Quilmes), y a partir del cual se consiguieron bolsones de alimentos y planes de empleo que quedaron bajo la autogestión de los movimientos.
"Nos juntamos, nos organizamos. Ahí nació el movimiento y una palabra nueva que comenzó a familiarizarse entre nosotros: Compañero. Que para nosotros es compartir la miseria, el hambre, las necesidades, pero también la lucha, el esfuerzo, el compromiso, las conquistas obtenidas con cada pelea. Así comenzamos: asambleas en los barrios una vez por semana, pintadas, volantes en la feria convocando a los vecinos. Así comenzó todo..." (4)
Los orígenes de estos tres MTD están, de esta manera, estrechamente vinculados entre sí, hundiendo sus raíces en lo que ellos denominan la solidaridad en la lucha.
notas
(1) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6 de abril de 2002.
(2) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6 de abril de 2002.
(3) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6 de abril de 2002.
(4) "A un año del primer piquete" en Revista Acontecimiento Nº 22, Buenos Aires, 2001.
Piqueteros carajo!
El corte de ruta como herramienta de lucha
Los cortes de ruta se fueron constituyendo, ya desde los comienzos, en una herramienta de lucha fundamental para los desocupados que se organizan en torno a los MTD. Mediáticamente se los denominó "piquetes", instalándose dicha figura en el imaginario colectivo.
El piquete consiste en la interrupción de la libre circulación de mercancías por las rutas del país, hasta tanto se de una respuesta a las reivindicaciones planteadas -se trate de mejoras materiales para el movimiento, o de solidaridad con la lucha de otras organizaciones-. Esta novedosa forma de protesta popular, que llamó la atención a una opinión pública distraída frente a los efectos devastadores de las políticas económicas de los años noventa, demostró un alto nivel de eficacia a la hora de conseguir las reivindicaciones esgrimidas.
Al no percibir un salario, el trabajador desocupado no tiene acceso a los medios para garantizar su subsistencia. Su cotidiano no se desarrolla en la fábrica, de modo que su organización emblemática deja de ser el sindicato, para pasar a configurarse, territorialmente, en los barrios. Es en este marco que el corte de ruta se convierte en su herramienta de lucha más potente. Herramienta que permite obtener de las agencias estatales, subsidios (Planes Trabajar) cuyos beneficiarios serán los desocupados. De todos modos, cabe señalar que dichos subsidios persiguen el objetivo principal de promover y reforzar una red de lazos clientelares tendientes a domesticar la protesta. Teniendo en cuenta esta impronta de control social inscripta en los planes, los MTD buscan reapropiarse su significado, y disponerlo para potenciar sus luchas.
La efectivización de un corte de ruta requiere una serie de instancias organizativas previas. La medida es discutida por asambleas barriales. Si se decide el corte, se dividen las tareas en áreas organizativas: salud, cocina, prensa, etc. buscándose mecanismos de coordinación entre las mismas. Se procura al mismo tiempo, garantizar la seguridad de los compañeros movilizados.
"El hecho de que los compañeros que están en el piquete se cubran la cara es por una cuestión de seguridad básica. Porque nosotros después volvemos al barrio y el mismo policía que está incómodo porque tiene que pasar dos días en la calle porque nosotros cortamos la ruta, es el mismo policía que después patrulla por nuestras casas. Además, hay que tener en cuenta el nivel de inteligencia, que consiste en filmar las características del corte y sobre todo a los compañeros que están en el piquete, porque después esas imágenes se utilizan para armar causas y procesar a esos compañeros". (1)
El piquete es también la instancia en que se pone en evidencia el trabajo cotidiano, de formación, que se desarrolla entre corte y corte. Para continuar con el ejemplo, pensemos el caso ilustrativo de la organización de la seguridad. El cumplimiento de esta función es clave pues debe garantizar la integridad de los participantes, que suelen ser familias enteras. Quienes se encargan de dicha función son en general los jóvenes de los barrios, los mismos que padecen cotidianamente la violencia de la marginación y la represión policial. Teniendo esto en cuenta, los MTD realizan un intenso trabajo para contener la hostilidad que los pibes manifiestan hacia las "fuerzas del orden" cuando se arma el piquete. Este trabajo de formación rinde sus frutos ya que, paulatinamente, los encargados de la seguridad van tomando conciencia de la responsabilidad que significa tener que resguardar a sus compañeros.
"Acá teníamos una particularidad: que los pibes vienen de treinta años de cultura política que viene del intendente, y de llevarlos como ganado. Los llevaban a los actos y les daban vino, droga. Cargaban un colectivo y les daban esto y lo otro. Al principio costaba, porque sin saber mucho iban a un piquete y para ellos iban a un acto de Quindimil [intendente de Lanús] y querían tomar vino. Se fue dando todo un laburo... y esto nos ha llevado a que hoy en día, los compañeros van a los piquetes y de antemano saben que no se puede ni alcohol, ni droga, ni nada por el estilo. Si hay alguno que aparece descolgado, los mismos compañeros le dicen que se quede, que no suba al colectivo. Los mismos pibes del barrio que después a la noche se juntan en la esquina con ellos y toman. Se ha generado una cultura en el MTD de descartar todas esas cosas. Todos saben que en pedo no hay que ir, porque es una responsabilidad grande. Más los compañeros piqueteros que son una vanguardia de las familias que están en el piquete, y las defienden con garra, y en eso también tiene esa cultura, que de a poco se ha ido superando". (2)
Así como los piquetes son una herramienta de lucha, son al mismo tiempo una experiencia donde los compañeros comparten los esfuerzos de recuperar una identidad propia. Es esa identidad que se forja colectivamente, en pie de batalla. Pero es una batalla dura y paciente, que trasciende la jornada del piquete y se consuma todos los días. Se trata del combate cotidiano, del intento de doblegar a los elementos más aguerridos del enemigo, atrincherados en las ilusiones de la salvación individual y la felicidad basada en el lucro.
"El barrio La Fe no existe en los planos, es un barrio tomado desde hace ya 16 años, un macizo de tierra que no figura, no existe. El índice de ocupación -no de desocupación- debe ser del 15% en el barrio La Fe. Y ese barrio, esa gente, no existe. No existe cuando hace tres días de cola en la municipalidad para anotarse para que le entreguen pañales, no existe cuando en la salita no hay remedios.
Creo que muchos de estos compañeros comienzan a existir en el piquete (...) Digamos, existís en tanto que lucha organizada del movimiento". (3)
El sistema busca confinar a los compañeros al silencio y la invisibilidad. A pesar de ello, su voz se hace oír y su presencia se impone en cada jornada piquetera. Lo novedoso de esta cuestión es que, contrariamente a la imagen que difunden los medios, el piquete es un momento donde la alegría es soberana. Un encuentro ritual, donde los compañeros comparten la intensidad que alberga una lucha encarada colectivamente.
"La mayoría de los compañeros que recién se acercan al movimiento, más del ochenta por ciento, vienen exclusivamente por la necesidad concreta. Están necesitando algo para comer, no tienen mercadería, no tienen laburo, no tienen un carajo. Pero cuando ya hay un proceso la cosa cambia, empiezan a sentir la adrenalina y la necesidad de organizarse". (4)
El corte de ruta aloja un contenido emancipador. Allí los compañeros tienen una cuota de poder y son respetados, incluso por la misma policía que en los barrios los reprime.
El piquete, entonces, como un evento donde la fragmentación y postergación cotidianas mutan, al calor de las gomas encendidas y las ollas populares, en esperanza y rebeldía.
notas
(1) "La nación subestimada" Entrevista al MTD Lanús, en La Náusea N14. Diciembre 2001.
(2) Entrevista hecha a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6-4-02.
(3) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Almirante Brown el 27-4-02.
(4) Entrevista al MTD Solano, en Situaciones N4, Ediciones de Mano en Mano. Diciembre de 2001.
"Pariendo nuevas prácticas"
Principios de construcción de la organización política de los MTD
Los MTD levantan la consigna "Trabajo, dignidad y cambio social"; para que ella pueda concretarse han generado una organización, que haga de lo escrito y declamado una creación en la vida real.
La construcción de la forma política de los MTD se sustenta en tres pilares: trabajo territorial, autonomía y horizontalidad.
Los MTD recogen las problemáticas más sensibles de los barrios donde se encuentran asentados. Barrios habitados por gente pobre, y por todas las dificultades que la pobreza genera. Trabajando sobre su dimensión social, política y económica, buscan encontrar soluciones prácticas que aborden de manera frontal los estragos de las relaciones sociales capitalistas.
Para los MTD no se trata únicamente de un problema de empleo, sino, como ellos dicen: ""tenemos que modificar las relaciones de dominación y violencia que cunden entre nosotros, para eso tenemos que cambiar nuestra cabeza, y para cambiar la cabeza, hay que cambiar las prácticas"" (1). Por eso, los integrantes del MTD se esfuerzan por tocar las fibras más delicadas del territorio que habitan, para hacer de él un ejemplo concreto de cambio social; en algunos casos será la tierra y la vivienda, en otros, el empleo y el proyecto productivo. Todo eso se hace teniendo en claro que a los pobres no los paren los repollos, sino que la sociedad actual es estructuralmente injusta, y eso es lo que hay que cambiar. Los MTD dicen: "necesitamos una economía solidaria, necesitamos resolver los problemas chiquitos, de esta manera vamos enfrentando los grandes (...) pero para ser solidarios tenemos que dejar el individualismo, entonces tenemos que formarnos". (2)
"Desde lo muy concreto, y sin grandes definiciones, estamos tratando de encarar esa idea del cambio social en nuestras relaciones, y el cambio social ahora. Y no solamente ir combatiendo esas prácticas, sino pariendo nuevas prácticas". (3)
Así, van laborando su cotidiano, hilando sus prácticas en el gran telar donde se plasman las luchas por la justicia.
Los MTD son autónomos, no se articulan con ningún partido político ni con ninguna central sindical. Consideran que a las visiones centralizadas se les escapa el drama chiquito de las personas, la especificidad de cada situación. Sin embargo, no escatiman en llamar compañeros a los que comparten sus métodos y sus luchas. Y no dejan de poner el hombro cuando otros los necesitan. Autonomía no implica abandonar el uso de los planes sociales del Estado, sino que justamente implica usarlos pero dándoles otro sentido. Y que justamente, éstos no se deben a una supuesta generosidad de los gobiernos, sino a la lucha de los compañeros.
"Al principio era una idea muy precaria y básica, de rechazo a la institucionalidad política conocida, ya sea de los grandes partidos, como también de los partidos de izquierda. Era un rechazo a todas las formas tradicionales de militancia y de espacios políticos que no queríamos seguir reproduciendo. Por ejemplo, no queríamos que la conquista en la ruta quedara en mano de los punteros. Pasamos por ese traspié, y después con mucho esfuerzo empezamos a construir nuestro propio espacio de militancia, para no reproducir lo viejo generando nuestra propia organización, para no quedar en manos de los punteros del PJ. Y ahí tuvimos que pensar cómo se gestionaba, cómo se organizaba..." (4)
"Cuando ganamos los primeros planes, comenzamos a manejarlos de forma autónoma, en forma de taller. Luego, definimos el sentido de esos talleres y el sentido de lo que llamamos economía alternativa. Aquí el gobierno no entra, todo lo define el MTD." (5)
Así, van grabando a fuego su destino, forjando sus acciones en la fragua de la historia.
La organización de los MTD es horizontal; buscan afrontar colectivamente los problemas que se vayan presentando. Para ello las deliberaciones y las decisiones se toman en asambleas abiertas al barrio. Una organización plana, y el ejercicio continuo de la participación, constituyen una de las características definitorias de estos movimientos. Los trabajos concretos de la organización se dividen por áreas: emprendimientos productivos, salud, formación, política, prensa, relaciones externas, seguridad, etc.
"Nos criamos con dos falacias muy grandes, una la que metía la religión: cuando te mueras vas a vivir bien. Y otra: cuando hagamos la revolución vamos a ser todos felices. No tenemos que esperar la revolución para ser felices, para empezar a construir un hombre nuevo. El hombre nuevo se empieza a construir hoy. Desde nuestra visión política, no puede existir autonomía que no sea colectiva. Y esa autonomía colectiva implica responsabilidades para todos, y entre todos. Responsabilidad de construcción, de compromiso, de respeto con el compañero, de esmerarse cada día". (6)
"Algunos cuestionan el tema de la democracia directa, la horizontalidad, de que acá no hay dirigentes. Uno de los cuestionamientos principales es: "¿cómo puede ser que acá nadie dirija?
Si bien no tenemos dirigentes, hay compañeros que son muy referentes. Algunos compañeros se destacan por la oratoria, otros por la capacidad de análisis; pero esos compañeros de ninguna manera tienen la decisión final."
"Casi no trabaja-mos por voto, trabaja-mos por consenso. Cuando la cosa se traba y hay que decidir sí o sí, en este caso se acata a la mayoría, pero lo que mayormente buscamos es el consenso. Y si por ejemplo el tema a definir no urge una definición inmediata, los delegados vuelven a los barrios y escuchan lo que plantea cada barrio". (7)
Así, van aplastando la soberbia, hablando desde el llano a una sociedad jerarquizada.
Más allá de la autonomía de cada movimiento, los MTD articulan con organizaciones que comparten la misma forma de construcción política, y coordinan acciones de lucha con otras organizaciones con las que existen diferencias de formas de construcción, pero que en determinadas coyunturas coinciden en sus reivindicaciones.
"Creemos que la unidad es fundamental, de hecho nosotros nacimos, crecimos, nos desarrollamos, nos fortalecimos en base a la unidad. Creemos que ésta tiene distintos niveles: uno es entre los trabajadores desocupados (de la región, la provincia, del país); otro con los demás sectores en lucha (trabajadores ocupados, de la salud, docentes, estudiantes). Sobre todo es importante la unidad interna, que nos permite sostenernos en el tiempo sin desintegrarnos; entendemos la coordinación como paso previo, como proceso de conocimiento hasta lograr la unidad".
"La solidaridad debe ser un enunciado concreto, y no un enunciado abstracto, no sólo entre nosotros (como personas miembros de una misma clase) sino con los otros (demás sectores sociales). Pero sobre todo, lo más importante es la solidaridad entre las organizaciones populares, más allá y por encima de las diferencias que puedan existir, sobre todo en momentos difíciles (represiones, detenciones, persecuciones, etc.)"". (8)
notas:
(1) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(2) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(3) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(4) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(5) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(6) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown, realizada en Lanús, 6 de abril de 2002.
(7) Entrevista al MTD de Solano, en Revista Hacha y tiza, N. 2, editada por el Centro de Estudios Populares C.E.P, La Plata, 2002.
(8) "A un año del primer piquete. Movimiento de Trabajadores Desocupados de Almirante Brown"", en Revista Acontecimiento N. 22, Bs. As., 2001.
Trabajo, dignidad y cambio social.
Economía solidaria: nuevas formas de organizar la producción y el consumo
Una de las particularidades que tienen los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown ha sido la de transformar los planes sociales, improductivos y asistencialistas en la concepción del gobierno, en proyectos auténticamente productivos.
" En principio los planes trabajar estaban destinados exclusivamente a tareas municipales: zanjeo, construcción de veredas, cuando no para arreglar unidades básicas del Partido Justicialista. A través de la lucha logramos la autogestión, para definir nosotros las tareas a realizar, proyectos propios, que no dependieran del municipio, o del puntero de la zona. Evitamos así la intermediación de los Municipios y quedó el control directo de los planes de empleo en manos de los trabajadores desocupados. Nuestra idea es que los emprendimientos deben beneficiar a todo el barrio y no solamente al que pudo acceder a un plan. Queríamos destinarlos a un micro- emprendimiento, una panadería solidaria en el barrio, un taller de herrería, un taller de capacitación en oficios (electricidad, albañilería, biblioteca popular, etc)". (1)
Los subsidios indignos implementados por el Estado para esquivar el problema estructural de la pobreza y controlar a las organizaciones que estaban surgiendo fueron, luego de ser conquistados mediante la lucha, resignificados por los MTD, que se establecieron un triple desafío: 1) dar respuestas a las necesidades urgente de alimentación y salud, 2) construir una nueva sociabilidad y 3) garantizar a futuro las necesidades materiales de sus miembros más allá de los planes de empleo.
Con respecto al primer punto, es evidente que los talleres productivos proporcionan una serie de beneficios concretos en la vida cotidiana:
"En el aspecto productivo se ve claramente en qué sirvieron los 160 pesos durante un año. En que además de ir comiendo, en dos meses, hoy tenemos una panadería que no sólo produce pan, sino que produce prepizzas, produce cosas de repostería, tenemos una huerta que puede ser funcional a ese proyecto, tenemos compañeros que ya se capacitaron en un oficio, y pueden rebuscársela en una changa. Además también lo ves en un aspecto más social... una guardería en un barrio, una biblioteca, una precaria salita de primeros auxilios... (2)
Sin embargo, la lucha de los MTD no está dirigida a lograr una "inclusión" dentro de un sistema capitalista que se basa en la explotación del hombre por el hombre. El proyecto de los MTD es mucho más radical, como lo pone de manifiesto su propia práctica en los talleres:
"Nosotros queremos generar nuevas relaciones sociales. En los grupos de trabajo no hay uno que ordena el trabajo, o te toma lista cuando llegás y te pone la sanción o te dice "corré, barré, limpiá". Hay que aprender a laburar de forma solidaria, sin tratar de hacerle trampa a tu compañero, porque no es que le hacés trampa al patrón; no es que si podés te escapás antes, o si podés mentir traes un certificado trucho para justificar que no vas a laburar." (3)
Se trata, en definitiva, del surgimiento de una nueva cultura política, basada en la igualdad, en la solidaridad y en la convicción de que el cambio social se construye día tras día. En los MTD ningún integrante del movimiento gana más que el otro, y si hay excedentes, éstos vuelven a la organización.
"Todos los compañeros que ganan 160 pesos aportan a fin de mes 10 pesos que van a un fondo común. Eso sirve para garantizar los micros, la farmacia, la construcción de todos los galpones, el financiamiento de los talleres productivos... y también va a servir para lo que serán los futuros comedores. Lo que producen los talleres productivos vuelve a ese fondo, y no necesariamente se reinvierte en ese taller, puede reinvertirse en la biblioteca, que produce conocimiento, algo que es tan importante como la producción de pan, y a veces más." (4)
Como ya se ha dicho, los MTD han logrado convertir los planes de empleo del Estado en una herramienta a partir de la cual generar mayor organización. Sin embargo, su apuesta es a futuro. El objetivo es que los diferentes emprendimientos productivos se consoliden en el tiempo y puedan satisfacer las necesidades materiales no sólo de los integrantes de los MTD sino del barrio en su conjunto más allá de los planes de empleo.
"La apuesta precisamente es esa: ir desarrollándonos de forma tal que no dependamos del Estado para seguir manteniéndonos, y que si al Estado se le antoja cortarnos estos subsidios, tengamos mínimamente la capacidad de sostenernos en el tiempo con redes de producción y consumo, con una comercialización popular que nos permita tener la panadería y distintos productos básicos que se van produciendo en un barrio. (...) Hoy son temas de estudio para nosotros la posibilidad de desarrollos productivos alternativos, redes de autoconsumo solidario, y estamos profundizando en las experiencias del MST en Brasil, a través de compañeros que conocen de cerca los criterios de producción y consumo de los Sin Tierra." (5)
Las transformaciones estructurales operadas por el neoliberalismo en los años noventa no sólo significaron una enorme transferencia de ingresos desde los sectores populares hacia los sectores más concentrados de la economía; al mismo tiempo implicaban, debido a los altos niveles de desocupación y a la precarización del mercado de trabajo, una fuerte política de disciplinamiento de los sectores populares. Sin embargo, a pesar de estas dificultades estructurales, los MTD han logrado organizarse políticamente:
"Estamos hablando de una base social con un nivel de marginación importante, con un nivel de exclusión histórica, no solamente de gente que se quedó sin trabajo cuando se privatizaron las empresas, sino que se trata de un nivel de marginación más estructural, donde muchos compañeros viven o del cirujeo, de la changa, o del pequeño rebusque, pero también eso en los últimos años fue excluido. Entonces, esa base social es la que tiene que organizarse en grupos de laburo donde cada grupo tiene que autoorganizarse. Y es medio un despelote, todo eso, ya que requiere de una dinámica de mucha discusión para garantizar la lógica que nosotros queremos: que los compañeros tomen el trabajo como propio y respeten criterios solidarios de trabajo." (6)
Desde luego, todo este proceso lleva su tiempo, y las dificultades están a la orden del día. Las nuevas prácticas nacen, necesariamente, imbuidas de toda una cultura que debe ser dejada de lado. Por ello los MTD otorgan a la formación un lugar tan importante dentro de su funcionamiento.
"Todo es muy incipiente. Lo único que se comercializa afuera es la producción de cueros. En general los talleres se han ido consolidando en todos los grupos, pero lo que sí vimos es que no estaba saldado el debate ideológico de para qué se produce, de qué se hace con el excedente. Algunos compañeros empezaron a plantear que "si la panadería gana, entonces la ganancia tiene que ser nuestra, si nosotros trabajamos acá". Y así en varios talleres. Entonces faltaba capacitación ideológica. Es difícil desarrollar un proyecto alternativo, solidario, cuando el que está elaborando, haciendo el zapato, no entiende que tiene que ser un colectivo. Para qué se produce, a quién vamos a vender y qué vamos a hacer con el excedente de esa venta, cómo se va a reinvertir. El tema de la ganancia, de la economía solidaria, son cosas que si bien se discutieron muchísimo y hay acuerdos ya tomados, sigue siendo complicado. Somos conscientes de que el cambio social no se da a partir del discurso sino que es un proceso. Y ese proceso hay que darlo, y darle su tiempo." (7)
notas
(1) "Por los bordes todavía se puede", en Revista El perseguidor Nº 5, editada por la Agrupación Unidad para la Lucha Estudiantil (AULE), La Plata, enero-febrero de 2002.
(2) " Por los bordes todavía se puede" en Revista El perseguidor Nº 5, editada por la Agrupación Unidad para la Lucha Estudiantil (AULE), La Plata, enero-febrero de 2002.
(3) En Revista Hacha y Tiza Nº 2, editada por el Centro de Estudios Populares (CEP), La Plata, 2002.
(4) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6 de abril de 2002.
(5) "Por los bordes todavía se puede", en Revista El perseguidor Nº 5, editada por la Agrupación Unidad para la Lucha Estudiantil (AULE), La Plata, enero-febrero de 2002.
(6) En Revista Hacha y Tiza Nº 2, editada por el Centro de Estudios Populares (CEP), La Plata, 2002.
(7) Entrevista a los MTD de Solano, Lanús y Almirante Brown realizada en Lanús el 6 de abril de 2002.
anexo: La sangre de los caídos es rebelión
El 26 de Julio de 2002 la columna de la Anibal Verón que se preparaba para bloquear el puente Pueyrredón fue salvajemente reprimida costando la vida de dos jóvenes piqueteros. A continuación el comunicado emitido por la CTD Anibal Verón expresa las demandas de la movilización, analiza el montaje político previo a la represión policial, y convoca a una movilización masiva contra el terrorismo de estado.
Gran Buenos Aires, domingo 30 de junio de 2002
Sobre los trágicos sucesos en torno a los fusilamientos de los jóvenes piqueteros en la represión del Puente Pueyrredón
A todos los hombres y mujeres de nuestro pueblo:
1- En nuestros barrios y en gran parte del país se vive una realidad de miseria y opresión. Desde nuestros movimientos sembramos valores de dignidad en medio de esta situación desesperante. Como comprende cualquier ciudadano que padece estos males o logra ponerse en nuestro lugar, la dignidad en medio de la injusticia, florece en luchas y rebeldía. Nuestras demandas para la jornada en que fusilaron a Darío y Maxi eran: 1) por trabajos dignos y aumentos en los miserables subsidios de empleo, 2) entrega de canastas básicas de alimentos, 3) mejoras en el sistema de salud y educación, 4) por la libertad de los presos por luchar y en contra de la escalada represiva, y 5) en solidaridad con los obreros de Zanón ante las amenazas de desalojo de la fábrica tomada. No pueden acusarnos de violentos por no resignarnos a vivir -o mejor dicho ir muriendo- en la miseria. No van a impedir, ni siquiera a tiros, que luchemos contra la miseria y la opresión
2- Este sistema económico, social y político regido por un capitalismo que está consumando un genocidio social, no deja margen para atender las demandas sociales, y quienes detentan el poder planifican entonces la represión como respuesta a una sociedad que exige cambios. Esta opción represiva tiene sus responsables principales en el poder económico que la instiga, la clase política que la implementa y determinados voceros mediáticos que se regocijan en ser funcionales a esos intereses.
3- El miércoles pasado no hubo sólo una represión criminal contra piqueteros: hubo un completo montaje político- represivo, que en base a mentiras descaradas y fusilamientos por la espalda de jóvenes, intentó dejar un clima social enrarecido sobre el que montar la justificación para RETOMAR LOS MÉTODOS DEL TERRORISMO DE ESTADO EN EL PAÍS. No se trató de errores y excesos ni las responsabilidades pueden ceñirse a un comisario asesino: el canciller Ruckauf tendrá que explicar su reivindicación del decreto que él firmara en 1975 para "aniquilar" a lo que en aquel momento llamaron "subversión", y que abrió las puertas al genocidio que todos conocemos. El secretario de Seguridad Juan José Alvarez tendrá que explicar las presiones que sufriera de gobernadores como el salteño Romero, en la reunión de Gobernadores en La Pampa hace un mes, donde se le decía que no podrían seguir reprimiendo en el interior del país si el Gobierno no reprimía los cortes de ruta en Buenos Aires. El secretario del Interior Jorge Matzkin tendrá que dar explicaciones por el parte cuasi-militar, que horas antes de que se conocieran las fotos que echaron luz sobre los fusilamientos, aún sostenía que "la acción armada de piqueteros" era la responsable de las muertes, e invocó la "ley de defensa de la democracia" para "combatir la violencia organizada". El Gobernador de Buenos Aires Felipe Solá tendrá que explicar cuáles son los supuestos "campos de entrenamiento" en el Gran Buenos Aires. El "periodista" Chiche Geldblung deberá decir de dónde sacó el "arma villera" que dicen que portamos en las marchas, y misteriosamente se hace pública una semana antes de esta criminal represión en su programa, que se invoca para señalar nuestra "supuesta acción armada", pero que nunca nadie jamás vio en movilización alguna. El señor Hadad, al menos, debería guardar respeto por los jóvenes caídos, aunque ya ni siquiera eso esperamos de él. CADA UNA DE ESTAS DECLARACIONES Y ACTITUDES COMPARTEN LA RESPONSABILIDAD CRIMINAL POR LOS ASESINATOS DE DARIO Y MAXI, llevados a cabo por una coordinada represión que sólo se explica en el contexto del aval político y búsqueda de justificación social que constituyen las declaraciones recién mencionadas.
4- Como contra parte de tanta mentira, cualquier cronista o ciudadano que se acerque a nuestros barrios se encontrará con una intensa labor comunitaria: guarderías, comedores, centros de panificación, talleres de trabajo y capacitación de oficios... Se toparán con asambleas democráticas cada semana, con talleres de formación y de educación popular... En esto estaban Maxi, en el MTD de Guernica, y Darío, en el Barrio La Fe del MTD de Lanús. Y quien quiera conocer a nuestros "piqueteros", que con orgullo nos vemos reflejados en la militancia de Darío, no tiene más que conocer su corta pero inmensa vida, parecida a la de tantos otros compañeros que, como decimos al principio, en medio de la miseria y la opresión sembramos dignidad y rebeldía. En una sociedad alienada e indiferente, Darío se engrandece por su heroísmo, sencillo y extraordinario a la vez: el compromiso con el trabajo y el estudio cotidianos, la capacidad de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte, la indignación y la combatividad ante la represión, y la inmensurable solidaridad, la más pura, esa que es entrega hasta de la propia vida por los demás; ahí lo vimos, después de enfrentarse con la policía al inicio de la represión, socorriendo a compañeros baleados en la primera línea de fuego, alertando a sus compañeros del barrio para que se retiraran, y negándose a abandonar el cuerpo de otro piquetero caído, sabiendo que estaban matando. Negándose a aceptar la muerte como respuesta, la de Maxi que no conocía, defendiendo la vida, con la esperanza de salvarlo, ofreciendo la suya a cambio... Estos son los valores que expresa esta juventud piquetera que se forma en nuestros movimientos. Ahí, quién lo duda, están las reservas de capacidad y dignidad para avanzar en el profundo cambio social que, con ejemplos como el de Darío, ya estamos conquistando.
5- La estrategia del bloque de poder para justificar el retorno del TERRORISMO DE ESTADO que señalamos, sólo se detiene CON EL MASIVO Y CONTUNDENTE RECHAZO DE TODA LA SOCIEDAD. El 19 y 20 de diciembre aprendimos que con la reacción firme y solidaria de todos los sectores populares no hay Estado de Sitio que logre consolidarse, y que quienes impulsan estas salidas autoritarias se ven repudiados por la sociedad. No pedimos que se solidaricen con los piqueteros, sino que reaccionemos todos en defensa de la libertad de todos. Tampoco sirve ahora dividirnos entre hermanos de este pueblo mirando quién es más timorato o quién más decidido a la hora de enfrentar las injusticias. Recordemos el poema de Bertold Bretch, y comprendamos que si primero vienen por los piqueteros y no nos importa, después vendrán por cada uno de nosotros, y finalmente por los indiferentes.
6- Por eso el miércoles 3 de julio nos vamos a encontrar en la movilización en la Plaza de Mayo y en todas las Plazas del País, pacíficamente y hermanados todos los sectores de nuestro pueblo, en el repudio contundente al HAMBRE y la REPRESIÓN. El compromiso de cada hombre y mujer de nuestro pueblo, de cada ciudadano honesto, es el mejor homenaje que podemos brindarle a Maxi y Darío, los mejores pibes de esta nueva generación que, como el 20 de diciembre, viene regando con sangre solidaria las calles y las rutas de nuestra Patria.
Compañeros Maxi y Darío, PRESENTES!!! ¡¡¡hasta la victoria, siempre!!!
¡Por trabajo, dignidad y un cambio social!
Contra el terrorismo de estado!
Coordinadora de Trabajadores Desocupados "Anibal Verón"
Un trabajo elaborado antes de los hechos del 26 de junio. Contexto histórico, el corte de ruta, principios de organización política y conceptos de economía solidaria.
Agradecemos los comentarios, críticas, y la difusión que quieran darle a esta experiencia, como un intento más de los centenares que viene haciendo el pueblo en Asambleas Barriales, Fábricas Tomadas y Movimientos Piqueteros, en la lucha por Trabajos Dignos y Asistencia Alimentaria, por Salud y Educación, por las libertades sociales y contra el Terrorismo de Estado, por Dignidad y un Cambio Social.
MTD Lanús
MTD Solano
MTD Almirante Brown
MTD Allen- Cipoletti (Rio Negro)
en la Coordinadora de Trabajadores Desocupados "ANIBAL VERÓN"
Las siguientes organizaciones componen a la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón: MTD Solano, MTD Lanús, MTD Almirante Brown, MTD Florencio Varela, MTD Guernica, MTD Quilmes, MTD Esteban Echeverría, MTD José C. Paz, MTD Lugano (Capital Federal), MTD Berisso, MTD 22 de Julio (localidad de Allén en Río Negro), MTD Darío Santillán (localidad de Cipolleti en Rìo Negro), CTD de La Plata, CTD de Lanús y CTD de Quilmes.