Un PHN lleno de falsedades
Los planes de cuenca en los que se basa el PHN no analizan las deficiencias de gestión de las respectivas cuencas, que afectan negativamente a su disponibilidad de agua, pero además, se minimizan los recursos de las cuencas demandantes y se exageran sus demandas. No se investigan los recursos subterráneos, no se plantea mejorar las redes de distribución, reutilizar aguas residuales o hacer cumplir la legislación y poner sanciones. Para la derecha es más fácil y rentable electoralmente prometer agua para todo el mundo e inaugurar grandes obras, aunque el coste económico de estas infraestructuras sea enorme y los beneficios reales de tales obras sean más que dudosos. En primer lugar, el PHN falsea los caudales para justificar los excedentes. Desde la década de los 60 hasta ahora, la aportación del Ebro al tramo final (que es desde dónde se efectuaría el trasvase) se ha reducido aproximadamente a la mitad, y sigue bajando, sin tener en cuenta los efectos del cambio climático, que pueden agravar aún más la situación. Esto significa que el agua realmente disponible es muy inferior a la que sale en los documentos del PHN. También es evidente que para planificar el uso del agua hace falta tener en cuenta los períodos de sequía y no los valores medios (como hace el PHN). ¿Qué ocurrirá en los períodos de sequía, cuando el caudal no alcance el mínimo para hacer el trasvase y desde las zonas demandantes se pida el agua con urgencia para evitar que se echen a perder los cultivos? Pues lo mismo que está ocurriendo con el trasvase del Tajo-Segura: que no se respetará ese caudal mínimo, que los intereses de los grandes propietarios y de compañías agrícolas pasarán por encima de todo y de todos, y esto no va a evitar que muchos pequeños agricultores acaben arruinados, al no alcanzarles los riegos de emergencia para evitar la pérdida de sus frutales o de sus cosechas, como ya está pasando actualmente.
¿A quién beneficia el PHN?
Los grandes trasvases que contempla el PHN benefician principalmente a los grandes propietarios y a compañías multinacionales que están adquiriendo importantes áreas de tierra para explotar regadíos y hacer una agricultura intensiva. Las expectativas que ha creado el PHN con el trasvase de agua del Ebro ha hecho que empresas multinacionales estén muy interesadas en situarse en este nuevo El Dorado. Muchos otros sueñan también con hacerse ricos, hipotecándose para comprar más regadíos, etc., pero bajo este sistema el pez gordo se come al más chico, y desde luego, la riqueza que se vaya a crear no va a ir más que a los bolsillos de unos pocos, como está pasando ya ahora. Mientras los señoritos y caciques de siempre se enriquecen enormemente, los trabajadores del campo sufren las condiciones de explotación más humillantes e inhumanas. A quien también les interesa mucho este PHN es a las grandes constructoras, que se aseguran contratos millonarios por muchos años, y a las hidroeléctricas, por los muchos embalses de los que esperan sacar tajada. Todos estos poderosos intereses privados son los que están detrás de este PHN, diseñado por la derecha del PP para satisfacerlos completamente. Este es un Plan sin preocupación ni miramientos hacia las repercusiones que tiene en el medio ambiente, y en esto no se distingue del conjunto de la política del PP, siempre en beneficio de los grandes capitalistas, sin contemplaciones hacia los derechos de los trabajadores y la juventud. (8/03/02)