En las últimas dos semanas Toledo se ha visto implicada en una fuerte polémica a partir de la representación de la obra de teatro de Leo Bassi: La Revelación. Ésta iba a formar parte del Festival de Teatro (T+T) que la Escuela de Artes de Toledo hab En las últimas dos semanas Toledo se ha visto implicada en una fuerte polémica a partir de la representación de la obra de teatro de Leo Bassi: La Revelación. Ésta iba a formar parte del Festival de Teatro (T+T) que la Escuela de Artes de Toledo había organizado. Pero pocas semanas antes de la actuación un grupo fascista comenzó las provocaciones contra la obra en Madrid y colocó una bomba incendiaria en los camerinos del teatro. Estas agresiones intolerables, que apenas han recibido atención por parte de la prensa burguesa, fueron el contexto en el que el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, al celebrar la misa de clausura del I Congreso Diocesano de Hermandades y Cofradías lanzó un discurso reaccionario contra la obra y el festival. Acto seguido, como no podía ser de otra manera, el ayuntamiento (PP) retiró los 7.000 euros de su subvención y días después la Junta de Comunidades de Castilla la-Mancha (PSOE) retiró también los 9.000 euros de la suya.

¿Quién es Antonio Cañizares?

Cañizares fue ordenado sacerdote en 1970, pero ha dedicado la mitad de su vida a la teología. Primero en la Universidad Pontificia de Salamanca y después en el Seminario Conciliar de Madrid. Después fue ordenado obispo en Ávila en 1992 y posteriormente arzobispo en Granada. En el año 2002 fue nombrado arzobispo de Toledo, la catedral primada de España y una de las diócesis más ricas del mundo. En la Conferencia Episcopal, Cañizares ha sido presidente de la Subcomisión de Universidades y de la Comisión de Enseñanza y Catequesis. Durante años ha presidido la comisión que la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisición) tiene en Madrid, en la sede de la Conferencia Episcopal. Sus afinidades con el actual papa Josep Ratzinger vienen de lejos, de hecho es conocido como el “pequeño Ratzinger” en algunos círculos eclesiásticos. Ambos están en la línea más dura del Opus Dei. Por eso Benedicto XVI no se ha olvidado de él y le ha designado para alcanzar la dignidad cardenalicia, con la facultad de participar en el próximo cónclave y elegir al siguiente Papa. Está entre los primeros quince cardenales que ha nombrado en su mandato y será investido en Roma.

En lo político-social Antonio Cañizares representa al sector más arcaico y casposo de la Iglesia católica. Ha hablado en algún discurso sobre la unidad de España como “una cuestión moral”. También ha sido uno de los más activos en las movilizaciones que la Conferencia Episcopal ha protagonizado contra el gobierno de Zapatero con las excusas de la legalización de los matrimonios homosexuales y la reforma educativa. En esta última campaña ha tenido un papel protagonista desde la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal, fustigando al gobierno del PSOE por querer supuestamente eliminar la asignatura de religión de la enseñanza pública.

En su sermón ante el congreso de hermandades y cofradías no hizo más que continuar con el discurso retrógrado que siempre le ha caracterizado. Al hablar sobre la obra de Leo Bassi calificó a este acto como “blasfemo, anticristiano y verdadero insulto hacia la Iglesia”. Criticó su representación en un centro educativo (dependiente de la Junta) y comparó los “ataques a la religión cristiana” con la polémica de las caricaturas de Mahoma utilizando una demagogia criminal.

El ayuntamiento de Toledo y la Junta de Castilla la Mancha.

Al día siguiente de los ataques de Cañizares y cuando la tinta de los periódicos aún estaba fresca, el ayuntamiento de Toledo anunció que retiraba la ayuda al festival de la Escuela de Artes. José Manuel Molina, el alcalde, se hacía eco de las acusaciones del arzobispo y usaba su misma retórica sobre las caricaturas de Mahoma. No esperábamos menos de él, siempre atento hacia la curia y los empresarios (particularmente los constructores). La izquierda en Toledo aún recordamos su abrazo con Blas Piñar en la Romería de la Virgen del Valle hace pocos años. ¿Qué se puede esperar de un personaje así?

Del PSOE esperábamos otra reacción, de hecho el grupo municipal sí respondió en principio al ataque a través de su presidente y diputado Alejandro Alonso, calificándolo correctamente como censura. Pero a los pocos días el gobierno regional de Barreda retiró la subvención de 9.000 euros para la obra, ya que según su portavoz en las Cortes la decisión “coincidía mayoritariamente con la posición y la opinión de la inmensa mayoría de los ciudadanos de la región”. Alonso se desdijo vergonzosamente al día siguiente y respaldó a la Junta sin ningún escrúpulo. Caja Castilla-La Mancha, Caja Madrid y Telefónica y la Diputación Provincial (del PSOE) también retiraron sus aportaciones al festival y nadie apostaba ya por su representación. Cuando quedaban pocos días para el estreno los sindicatos ofrecieron el salón sindical y la obra pudo finalmente desarrollarse gracias al apoyo de UGT, CCOO e IU y a la decisión de Leo Bassi de continuar a pesar de todo, además Bassi donó la recaudación de su obra a los otros grupos de teatro, fundamentalmente jóvenes, que no pudieron actuar por la suspensión del festival. No sólo han cedido estúpidamente ante la presión de Cañizares y la jerarquía del Opus Dei, sino que además han dado credibilidad al argumento reaccionario que comparaba la polémica de La Revelación con la de las caricaturas de Mahoma. Pero no hay comparación posible entre una provocación calculada, retrógrada y racista contra el pueblo musulmán −mediatizada además por la masacre imperialista en Iraq, Palestina y Afganistán− con una representación en la cual el momento que mas “ofende” a la ultraderecha es cuando Leo Bassi aparece vestido de Papa. Dos semanas antes se había representado en Toledo otra obra de la compañía Yllana donde también se veía uno de los actores disfrazado de pontífice, pero esta actuación no tuvo ninguna crítica por parte de ningún cura. Esta campaña no ha sido más que un ataque estudiado contra la libertad artística y de expresión. Han escogido la obra de Bassi porque ya la habían elegido antes por ellos los grupos fascistas en Madrid. El arzobispado no ha hecho nada más que seguirles el juego, y a ese juego se ha prestado el gobierno de Barreda.

Desgraciadamente no es la primera vez que esto ocurre. Cuando el Instituto de la Mujer de Castilla la Mancha sacó hace un año una Guía para Chicas para ser difundida en los institutos, esta fue atacada sin piedad por la Iglesia por hablar con libertad de la sexualidad femenina en la adolescencia. Argumentaban que los contenidos incitaban a prácticas “perniciosas”. Finalmente la Junta cedió y retiró la guía de los institutos. No es extraño que Cañizares crea que puede decir y hacer lo que le de la gana en Castilla la Mancha, Barreda y antes Bono se lo han dado a entender de forma muy clara en numerosas ocasiones.

Provocaciones y agresiones.

La derecha más cerril ha estado protagonizando una semana de amenazas y provocaciones en Toledo. El Consejo Diocesano de Laicos, difundió a través de Internet una serie de acciones de protesta y de presión a los patrocinadores del festival para evitar que se representase la obra. En la página web del Colegio Infantes (colegio concertado con dinero público), aparecieron las direcciones de correo electrónico de los patrocinadores, colaboradores y organizadores del festival, así como unos modelos de cartas para dirigirles. Entre otras acciones estuvieron barajando la de organizar una especie de rezo colectivo a las puertas del teatro, a pesar del peligro evidente de enfrentamientos. Esta actitud suscitó la respuesta y aparecieron algunas pintadas anónimas en la catedral y el palacio arzobispal. Al mismo tiempo se improvisó una concentración de unas 150 personas que se dirigieron en la noche del 16 de marzo al Arzobispado, profiriendo consignas a favor de la libertad de expresión y contra la censura. Mientras tanto el alcalde respondía a las acusaciones públicas de Izquierda Unida haciendo declaraciones sobre las caricaturas de Mahoma y las ofensas a los cristianos.

El sábado 18 de agosto por fin se representó la obra, con un lleno espectacular. Poco antes había habido una pequeña concentración a las puertas a favor de la libertad de expresión. Durante todo ese tiempo los fascistas no se atrevieron a hacer acto de presencia, pero cuando la mayoría de la gente ya había entrado en el teatro apareció un grupo de provocadores y agredió a la gente que aún se encontraba a la puerta. Una chica, afiliada de IU, se hizo una brecha en la cabeza al ser empujada y golpearse contra el suelo, ante la indiferencia de la policía local. La actuación de la policía municipal fue vergonzosa según algunos testigos y sólo se dignaron a actuar cuando lo hizo la policía nacional.

A pesar de todo, la representación pudo hacerse sin problemas y después de esta parece que la polémica se ha cerrado, pero la responsabilidad de lo que podía haber ocurrido el sábado 18 de marzo en Toledo pertenece en su mayor parte al arzobispo Cañizares y al PP regional. Azuzaron a los fascistas y esperaron a ver. Afortunadamente estos no consiguieron movilizar a demasiada gente y fue mucha más la que acudió al teatro, muchos sólo por apoyar la libertad artística y responder a las agresiones verbales del arzobispo y el PP más que por un verdadero interés en Bassi.

Más vergonzosa nos parece la actitud de PSOE regional, al plegarse obedientemente a las exigencias de Cañizares. No es casualidad tampoco que en la investidura de este como cardenal en Roma vayan a estar presentes, aparte de Molina, Bono, Barreda y Fernández de la Vega. De esta forma el partido socialista muestra hasta que punto ha girado a la derecha el gobierno regional en Castilla la Mancha, separándose totalmente de las aspiraciones de los trabajadores y la juventud de Toledo.

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