Su intención es privatizar el canal principal, Canal 9, y la RAV (Ràdio Autonòmica Valenciana), manteniendo público, de momento, el segundo canal, Punt 2. Se trata, una vez más, de un gran negocio para los empresarios, ya que la Generalitat (es decir, las familias obreras mayormente) se hará cargo de los 420 millones de euros de deuda. Como siempre, los beneficios, para unos pocos, y las deudas, ¡a pagarlas entre todos! Más grave será la consecuencia sobre el empleo: a los eventuales (¡el 60% de la plantilla!) no se les garantiza la continuidad, y la de los fijos está por ver.
La movilización contra la privatización de este servicio público puede ganarse, si hay un programa claro de lucha (que incluya, como primera medida, una huelga de 24 horas que paralice la programación) y se busca el apoyo del resto de la clase obrera. En ese sentido ha sido positivo que representantes de los trabajadores acudieran a la manifestación estudiantil del 21 de noviembre, y hablaran, a invitación del Sindicato de Estudiantes, y que en la concentración de 500 empleados, esa misma tarde, también acudiera y hablara el Sindicato de Estudiantes. La educación, la sanidad y otros servicios están atacados por la política privatizadora del PP, y ante esto es necesario coordinar los esfuerzos para responder conjuntamente, preparando el terreno para una huelga general de sanidad, educación, RTVV y el resto de servicios autonómicos. En estos momentos, con un PP a la defensiva y las elecciones autonómicas en pocos meses, podría lograrse un avance en las condiciones de trabajo y un retroceso del proceso de privatización, y animar a la lucha por una Generalitat de izquierdas.
Contra la televisión-basura
Canal 9 es tristemente famosa en todo el Estado por el grado de manipulación de sus noticias y por (como dicen los trabajadores) la tombolització (en referencia al Tómbola), es decir, un contenido basado en la frivolización de la realidad, el morbo, las vidas de los famosos y las manifestaciones folklórico-religiosas más carcas. La manipulación es tan escandalosa que el 20-J el telediario dedicó más tiempo a la fiesta de las Fogueres de Alicante que a la huelga. Los trabajadores, el Comité de Empresa (donde están CCOO, UGT y CGT) y los Comités de Redacción han denunciado insistentemente esta manipulación, así como las purgas entre periodistas y redactores por no aceptar las órdenes del PP. Ante este control, el CE propone “una autoridad independiente del poder político que controle” los medios públicos.
Los trabajadores valencianos debemos defender un medio de comunicación público y de calidad, que no despilfarre el dinero externalizando la producción a empresas privadas y elimine la corrupción, y que refleje fielmente la realidad, elevando el nivel de conciencia y dando voz al movimiento de la clase obrera, de los estudiantes, de los vecinos. Una televisión y una radio que, también, fomenten la utilización del valenciano, que está prácticamente ausente de los medios de comunicación privados. Estos objetivos no los puede garantizar ningún consejo de expertos independientes, que al fin y al cabo deben ser nombrados por alguien. Creemos que somos los más interesados, los trabajadores valencianos, quienes podemos asegurarlos. Por eso proponemos una comisión de control formada a partes iguales por trabajadores de RTVV elegidos en asamblea, la Administración valenciana y representantes de los sindicatos de clase, asociaciones de vecinos, etc.
