El gobierno y Telefónica han incumplido todos los acuerdos con los que los trabajadores levantaron el campamento que tenían instalado en el paseo de la Castellana en Madrid.El gobierno y Telefónica han incumplido todos los acuerdos con los que los trabajadores levantaron el campamento que tenían instalado en el paseo de la Castellana en Madrid.

Después de muchos meses las promesas de recolocación para más de 1.100 trabajadores han quedado en papel mojado. No hay ofertas de empleo ni perspectiva de que las haya. Esto no es casualidad, el gobierno y sus aliados en este conflicto quieren deshacerse, dispersándolos, de una plantilla combativa que se ha convertido en una referencia y un símbolo para millones de trabajadores de este país y no quieren ni oír hablar de tener a estos obreros trabajando en una misma empresa otra vez.

Por otro lado y más grave si cabe, rompiendo todos los acuerdos firmados con los trabajadores de Síntel, el gobierno está exigiendo a los prejubilados (más de 400), el pago de parte del coste de la prejubilación. Han mandado carta a todos exigiéndoles entre uno o dos millones de pesetas, cuando el acuerdo suscrito por el gobierno dejaba bien claro que las prejubilaciones las asumiría íntegramente el Estado.

Lamentablemente en este asunto, los dirigentes de las federaciones estatales del metal de CCOO y UGT Toxo y Lito, están jugando un papel nefasto apoyando en todos estos planteamientos al gobierno y a Telefónica, incluso han llegado a acusar a los representantes directos de los trabajadores de Síntel de malversación de fondos.

Ante esta situación se celebró una asamblea el pasado 15 de octubre para discutir medidas a tomar. La asistencia fue masiva, casi toda la plantilla de Síntel estuvo en la reunión, lo que teniendo en cuenta que tenían que venir de todo el Estado, es una muestra más del carácter combativo de esta plantilla.

En esta asamblea se acordó iniciar el 5 de noviembre movilizaciones en todo el Estado y se convocó para el 28 de ese mismo mes una manifestación en Madrid.

Para los trabajadores presentes en esta asamblea era evidente que la clave de esta lucha es volver a despertar la solidaridad masiva que se consiguió con el campamento y que con trabajo duro volverán a conquistar.

Por nuestra parte, como comité de redacción de El Militante, pondremos toda nuestra energía para apoyar esta lucha. Pensamos, además, que la actitud de los dirigentes estatales de las federaciones del metal de CCOO y UGT, está muy alejada de los trabajadores de estos sindicatos, lo que es una prueba más de la necesidad que tenemos de limpiar nuestras organizaciones de elementos que poco tienen que ver con nuestra lucha por convertir nuestros sindicatos en verdaderos instrumentos para defender consecuentemente nuestros intereses.

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